Capítulo 8

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-No puedo hacerlo.-grité.
-Tienes que hacerlo, tenemos un trato, tú trabajas para mi.-se acercó a mi.
-No lo voy a hacer.-dije firme.
-_____.-suspiró.-sé que no te puedo obligar pero es lo que tienes que hacer para que todo continúe su camino.-me encaminó hacia la oficina.-ellos serán los que te apoyarán.-sonrió y yo asentí.

°•°•°•°


Pogo terminó de decir sus palabras y noté como Luther y Diego ya estaban peleando en el improvisado funeral fallido de papá.

¿Qué nunca pueden mantener una conversación normal?

-No tengo tiempo para esto.-dijo Cinco y se adentró a la casa, era mi oportunidad para hablar y lo seguí.

-Cinco necesitamos hablar.-mi cara estaba lo más seria.
-¿Qué te paso?.-preguntó girando hacia mí.
-Tú pasaste Cinco, tú me hiciste esto cuando me llevaste contra mi voluntad.-dije y me acerqué peligrosamente a él.
-Lo siento.-dijo cabizbajo.

-¿Eso es todo?.-dije.-que cínico, ¡me quedé en el cuerpo de una niña de 13 años por tu culpa, no sabía como regresar!.-exploté.-por suerte papá seguía vivo y me ayudó a regresar pero los efectos que el viaje en el tiempo me trajo, no se fueron... pero me siento mejor al saber que tus ecuaciones salieron mal.-reproché.

Él se giró, busco algo pero al no encontrarlo miro a Klaus que estaba sentado en la silla de la mesa, en eso llegó Allison.

-¿Dónde está Vanya?.-preguntó Allison.
-Oh, ella se fue.-contestó Klaus.
-Qué lástima.-habló Cinco.
-Si.
-Una gran mansión, 42 habitaciones, 19 baños pero ni una gota de café.-dijo molesto.
-A papá no le gustaba la cafeína.-dijo Allison.
-Tampoco los niños y nos tuvo a nosotros.-rió Klaus.

-Voy por el coche.-Cinco tomó mi mano, al sentir su tacto después de mucho tiempo sentí una corriente eléctrica recorriendo mi piel.
-¿A dónde van?.-interrogó Klaus.
-A conseguir una decente taza de café.-dijo Cinco.
-¿Acaso sabes manejar?.-preguntó Allison haciendo una mueca.
-Yo sé hacer todo.-que arrogante.

Me jaló y no me quedo de otra que saltar igual que él.
Bien. Ya estaba en el auto al lado de él.

-Sé que necesitamos hablar pero han pasado muchas cosas.-explicó mirándome.
-Lo sé. Pero te fuiste 17 años y yo me quedé sola... Sin Ben... Sin ti...
-Enserio lo lamento.-tomó mi mano por segunda vez y la acarició.-Tú no sabes lo que paso.-mencionó Cinco.
-Entonces dímelo.
-Está bien _____, cuando tú decidiste quedarte...

17 años atrás.

Número 5.

-Yo no iré... Yo... Regresaré y eso deberías hacerlo tú también antes de que algo malo ocurra.-_____ bajó la mirada.
-No... ______ por favor.-supliqué.
-Lo siento.-dijo triste.
-Bien.-lo acepté y respeté su decisión.

Corrí más para volver a viajar.
Y cuando lo hice... Me arrepentí.

Estaba todo envuelto en llamas, todos los edificios estaban destruidos completamente, no había nada, solo ruinas... me giré para ver si algún edificio o persona seguía en pie... Pero nada, estaba solo, entonces me preocupe demasiado y corrí de nuevo a la academia.

-¡_______, Ben, papá!.-grité alterado y entonces caí de rodillas frente a la academia...
o lo que quedaba de ella.

Miré todo con tristeza y desesperación.
¿Qué pasará conmigo?
Debí hacerle caso a _____, ahora nunca volveré a verla y es toda mi culpa.

Tiempo actual.
______ Hargreeves.

-Cinco, yo no debí dejarte hacerme esto y hacerte esto, estuviste solo Cuarenta y Cinco años, al menos tuviste a Dolores.-sonreí.

-No te preocupes, por mi culpa es que estás aquí.-estacionó el auto.-¿Quién lo diría? Papá con tantos avances, hizo a mamá y convirtió a Pogo en lo que es ahora pero no pudo evitar los efectos del viaje en ti.-se bajó del coche.

-Lo hizo, lo logró pero me acostumbre a estar como una niña de 13 años.-reí y entramos a la cafetería.

Él suspiró y se sentó en una de las sillas, tocó la pequeña Campania y yo hice lo mismo que él.
Escuchamos que la puerta se abrió y entró un hombre, se veía simpático, se sentó al lado de nosotros y puso arriba de la mesa un periódico.
La camarera se acercó acomodando su cabello.

-Lo siento. El fregadero se atascó.
Entonces... ¿Qué sería?.-preguntó sacando libreta y pluma.
-Deme un chocolate eclair.-pidió el hombre.
-Listo.-dijo anotando.-¿Le traigo a los niños un vaso con leche o algo?.-le volvió a preguntar al hombre.
-El niño quiere café. Negro.-dijo Cinco.
-La niña también.

-Lindos niños.-soltó una corta risita.
El hombre se quedó confundido con la boca abierta lo que causó que yo me riera.
Cinco y yo sonreímos pero era una sonrisa perturbadora y adorable.
-Bueno.-dijo la mesera incómoda y se fue por los pedidos.

-No recordaba que este lugar fuera una mierda.-me dijo Cinco y el hombre lo miró.-cuando solíamos venir de niños y escabullirnos de casa para venir a comer donas hasta vomitar.-levantó sus cejas.-todo era más fácil.-dijo observando al hombre.
-Supongo.-contestó.

La mesera nos trajo los 2 cafés y el eclair del hombre.
-Pagaré por ellos.-se ofreció.
-Gracias.-respondí.
Cinco miró la vestimenta del hombre.

-Debes saber moverte por la ciudad.-cruzó sus manos y se giró.
-Eso espero, llevo 20 años acá.-dijo tomando su chocolate.
-Necesito una dirección.
¿Y ahora que estará tramando?

El hombre amablemente le dio las indicaciones en una servilleta a Cinco, se levantó y se fue.

-Bien Cinco, disfruta tu café.-sonreí y él se acercó a la boca la taza pero la puerta se volvió a abrir, Cinco frunció el ceño y me miró preocupado.
Miré a los uniformados...

Mierda.

Capítulo largooo.

You're Not Better Than Me | Número 5 Y Tú. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora