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Estaba buscando el momento perfecto mientras todos los alumnos comenzaban a retirarse uno por uno. DongHae ya se había ido, HyukJae y MinHo fueron los primeros en retirarse pues estaban emocionados del festín del siguiente día, decían que aquellos festines eran inolvidables y la comida era de la mejor que se podría servir en el maldito mundo. No estaba tan convencido pero no veía lo malo de asistir por unas horas a tal cosa.

Las clases habían concluido, pero el seguía aún con muchas dudas en su cabeza. Así que cuando salió del salón, se despidió de su amigo haciéndole saber que tenía algunas cosas pendientes mientras se dirigía hacia la biblioteca.

Sabía que había muchas cosas que investigar, y la biblioteca era un lugar demasiado perfecto que tenía muchas cosas. Y pudo darse cuenta debido al otro día dónde recurrió a esta en busca de una tarea, su mirada fue a más libros que no tenían nada que ver, incluso había trozos de periódicos pegados en libros como si fuera un archivo. Así que quedarse una hora más debido no estaba de mal, sus padres entenderían que estaba tratando de ser el mejor, y de una muy buena manera. Así que no tenía nada que perder.

Al ingresar a la biblioteca pudo darse cuenta que solo habían como máximo 3 alumnos que se veían de años avanzados, sentados en aquellas mesas de madera gruesa y acompañados por la luz de una vela flotante que se posaba a su lado.

Así que sin hacer mucho ruido comenzó a andar de forma silenciosa hacía uno de los estantes a los cuales antes había puesto atención. El sonido de la madera sonaba demasiado viejo al pisarla pero se veía en un buen estado, ese lugar seguía siendo totalmente extraño.

Antes de que se diera cuenta, una vela ya se hallaba a su lado para ser su ayuda en ese momento. Así que solamente prefirió ignorarla mientras iba leyendo el título de cada libro, iba desde la historia de los magos más poderles, la fundación del instituto y llegó al libro que más había buscado y a la vez se había tardado en buscar: La descendencia de los clanes más oscuros.

También había encontrado de los clanes más sobresalientes, le había dado una rápida mirada para asegurarse que su apellido estaba y claro que lo estaba. El orgullo no cabía en su cuerpo.

—Veamos quienes son los Bathory —murmuró mientras dejaba el libro sobre una de las mesas y su mochila a un lado antes de tomar asiento—, y que tanto ocultas Yesung.

Susurró mientras abría este, se veía que llevaba años sin ser leído debido al polvo que tenía, sus ojos cafés dejando ver cuántos años llevaba ahí guardado sin tocado.

Apenas había abierto este, miró en el índice buscando aquel apellido el cual encontró justo a la mitad, recordó el número de páginas mientras buscaba de forma casi rápida hasta dar con el subtítulo: Clan Bathory.

“De todas las familias nobles descendiente de este clan, la mayoría eran todos sanguinarios,una historia familiar que entra dentro del campo de la leyenda, del horror inconmensurable. Se trata de la familia Bathory.”

Frunció el cejo mientras alzaba su mirada para asegurarse que nadie se acercara a interrumpir, no por nada se había hecho el tonto en espera de que sus amigos o compañeros se fueran y no tener a nadie que le interrumpiera o hiciera preguntas tontas.

Bajó la mirada de nueva cuenta mientras volteaba a ver la vela que seguía encendida, entonces continuó la lectura.

“La leyenda de la familia se remonta a su fundador, Vitus Báthory, que habría sido premiado con el ilustre apellido y las tierras que lo acompañaban tras derrotar y domar al terrorífico dragón que habitaba las marismas del condado de Heves, al norte del país. El escudo de armas de la familia, tan alucinante como la propia historia de la misma, evoca tal hazaña, constando de un dragón y tres dientes”

• Ya'aburnee; [ Kyusung ]    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora