—¿Hicieron que? —la pregunta la volvió a repetir sin poder comprender por completo.
KyuHyun quién se encontraba haciendo la comida de aquel día de veía tan relajado y cocinando sin ninguna preocupación.
—La runa fue quitada de tu piel. Ya no te tiene a tu disposición... Aunque quedó una cicatriz —al fin se había girado a verle para ver su reacción—, no es tan grande, como el tamaño de la palma de tu mano, así que no te preocupes.
—¿Por qué una cicatriz?
Ni espero dos veces para poder pasar su mano por detrás de su espalda e intentar tocar para comprobar lo que le decía, pero KyuHyun fue más rápido en casi salir corriendo hacia donde estaba, tomó de su brazo y negó.
Se sintió como un pequeño niño regañado pero solamente quería comprobar, no quería darse falsa esperanzas.
—Es difícil decirte cómo, pero lo importante es que ya no tienes nada que te iba a él.
—¿Como rayos? —intentó zafarse pero KyuHyun seguía en las mismas—, es que ustedes lo intentaron hace mucho y decían que se tardaba, que era imposible hacerlo..
—Bueno... Es hermosa la cicatriz.
—Una cicatriz.
Su cejo se había fruncido totalmente decidido que jamás iba a volver a verse en un espejo por la parte trasera o tan siquiera usar camisas que dejarán de ver de más.
Odiaba eso, así que bajó la mirada sin saber que pensar.
—Oye pequeño Drácula, las cicatrices no importan —le tomó de su mentón para que le mirara, aquella sonrisa tan dirigida a él—, eres hermoso, la apariencia no importa. Es algo que no va a durar toda la vida, bueno tu clan si pero va a haber un momento en que eso se va. ¿Y que es lo que queda? A mi bello Yesung Bathory.
—Lo dices tan fácil, idiota.
—Lo sé. Pero estoy enamorado de ti, no de tu cuerpo.
Notó aquel rubor en las mejillas del pelinegro, adoraba con toda el alma ver aquel tipo de acciones.
Se agachó lo suficiente para dejar un corto beso en sus labios y otro seguido en su frente. Ambos se miraron a los ojos por cortos segundos antes de que Yesung decidiera el abrazarlo, pues estaba seguro que este adoraba hacerlo, sentirlo a su alrededor, incluso el que tomara su propio cuerpo, era tan hermoso y jamás se cansados de verlo aunque fuese por una eternidad.
Sintió como los dedos del mayor comenzaron a jugar sobre su espalda, notando que estaba algo nervioso y eso que lo estaba conociendo tan bien como la palma de su mano, algo lo estaba inquietando y no le decía aún.
—¿Hay algo que no me has dicho aún, pequeño Drácula? —murmuró pasando su diestra por el cabello del mayor.
Este negó sin intenciones de separar su mejilla de aquél pecho que lo estaba acobijando, se sentía protegido, amado y eso le gustaba.
—Dejá de decirme así, que Drácula sea un pariente mío no me hace a ser él.
—Me lo dice quién literal no quiere estar en el sol, y su apariencia no cambia... Pareces menor que yo.
—Eso te pasa por ser un lobo apestoso.
—Me lastimas, cariño.
Ambos fueron sin poder contenerse, adoraban aquellos pequeños momentos tan intimos que tenían entre los dos.
KyuHyun dejó que se separará pues había ido directo a darle una mirada a lo que estaba cocinando pues al parecer el castaño se le había olvidado el porque estaba en la cocina. Se giró para verle, su perfil tan hermoso, sus ojos, su cuerpo, todo. Era lo que siempre había deseado en alguien y ahí lo tenía, justo enfrente suyo.
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• Ya'aburnee; [ Kyusung ]
FanfictionEl instituto Kairos ha sido abierto desde tiempos remotos para todos aquellos magos, seres de magia, etc, dispuestos a controlar su magia y aprender a vivir con ella. Más ahora que el siglo XXI es totalmente distinto. KyuHyun hijo de grandes magos...