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Yesung cayó al suelo sin tener tiempo de defenderse en ese momento. La risa de los demás no se hizo esperar mientras notaba la mirada de arrogancia en el maestro quien le había lanzado aquel hechizo de ataque del cual debía de defenderse. Simplemente se había quedado en blanco, sabía de un hechizo para defenderse pero ese estaba totalmente prohibido y mientras pensaba en cuál era el correcto, fue que terminó recibiendo el impacto.

Alzó la mirada para ver al maestro quien había cruzado sus brazos y girado a ver a sus compañeros quienes seguían riendo uno tras otro.

—Deben de dejar la arrogancia de lado, eso no los lleva a nada bueno —le dió una mirada rápida antes de indicarle con su varita que debía de ponerse de pie—, Yesung, deja de presumir dotes que no tienes aún listos.

—Cierto Bathory. O simplemente abandona todo.

Se puso de pie de inmediato después de escuchar a KangIn quien con su grupito de amigos habían comenzado a reír de inmediato.

HeeChul se adelantó a caminar hasta donde estaba pero ni siquiera pudo sostener su brazo en el vuelo, notó cómo su amigo caminaba de manera directa hacia KangIn quien había borrado la sonrisa y dado algunos pasos hacia atrás mientras el pelinegro se acercaba con pasó decidido, demasiado molesto para ser verdad.

—¿Quién demonios te crees para atreverte a hablarme de esa manera? —Habló con voz fuerte sin poder evitar dejar ver su molestia—, no eres más que un maldito mago hijo de pobres. No eres nada comparado conmigo, si estás en este maldito instinto es porque se tuvo compasión de tu familia.

Soltó sin pensarlo ocasionando que sus compañeros se quedarán en un silencio profundo, KangIn se mostraba molesto de igual manera.

—Mi familia puede ser pobre, pero por lo menos no tiene las manos llenas de sangre.

—Pues... —¿Por qué no empezamos derramando tu sangre sobre ellas?— me habré equivocado en un hechizo pero por lo menos mi nivel de magia está mejor que el tuyo.

KangIn sin dudarlo lo tomó del cuello de su saco para acercarlo mientras alzaba su puño dispuesto a soltar el primer golpe.

El primero en intervenir fue el maestro quien se puso de por medio de ellos dos, después fueron los demás compañeros los cuales la mitad se pusieron de lado de KangIn para sostener sus brazos y evitar que saliera corriendo hacia Yesung quien sólo era detenido por HeeChul.

—Muchachos no me hagan llevarlos a dirección.

—Esa mirada de asesino te delata muchas cosas —KangIn ignoró al maestro mientras seguía forcejeando y mirando a Yesung—, sabes bien que te puedo moler a golpes, maldito bastardo.

Basta ya, déjalo que hable. Por favor.

La voz de HeeChul en su consciencia lo obligó a quedarse callado mientras sostenía con fuerza de su varita y seguía mirando a cierto tipo rudo que trataba de zafarse de sus compañeros para darles a entender que ya estaba bien.

El maestro al asegurarse que KangIn no se iba a abalanzar sobre Yesung de nueva cuenta, observó a ambos jóvenes mientras se acomodaba sus lentes. Al final, su última mirada fue hacia el pelinegro.

—Una más Yesung y no tendré piedad en llevarte con el director.

Esta vez quien se mostró ofendido fue HeeChul quien había separado sus labios.

—Pero él fue quien empezó —señaló hacia KangIn quien tenía una sonrisa de victoria en su rostro.

—Ya dije HeeChul, no me hagas regañarte a ti también.

• Ya'aburnee; [ Kyusung ]    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora