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6 meses después.

Para decir que todos estaban sumamente callados era mentira, sus compañeros reían en espera de que el maestro que impartía Magia de elementos, era obvio que ya habían cursado medio año, y sus materias habían sido cambiadas. Al igual que algunos habían abandonado el instituto, o expulsados. De esos 30 que estaban, quedan 25: por el momento.

DongHae reía mientras veía como unas chicas usaban sus varitas para hacer que unos avioncitos de papel jugarán a las competencias. Y que podía decir el, también reía por lo divertido que se sentía el ambiente.

Era la última clase, el día si que había sido demasiado pesado mientras todos esperaban con ansias el regresar a sus casas para poder tomar una siesta. Y disfrutar del fin de semana.

—Ese maestro ya sé tardo —DongHae murmuró con cierta desesperación e inclinándose hacia atrás con su banca.

—Te vas a caer, tarado. Comportate.

Murmuró mientras le miraba con cierta seriedad pero provocando una sonrisa más amplia en el rostro del mayor quién planeaba no hacerle caso en ningún momento.

—Entonces puedes caerte y conste que te lo advertí.

—Ya, ya tranquilo —este rió mientras se sentaba de buena manera—, andas muy gruñón últimamente te hace falta una novia.

Ante ese comentario, el castaño solo tensó la mandíbula y desviaba la mirada hacia su frente. Observó el reloj antes de fingir leer el libro que tenía enfrente suyo.

El sonido de la puerta cerrar fue lo que indicó que el maestro había llegado, así qué todos regresaron a su lugar mientras todo se quedaba en silencio sin ningún susurró que provocará ma irritación de alguien. Entonces KyuHyun pudo sentir como su cuerpo se relajaba, ese tipo de silencio era lo que necesitaba.

Se escuchó el ruido del pizarrón y de algunas cosas que se dejaban sobre el escritorio.

—El maestro no vendrá el día de hoy, así que estoy al cargo —al escuchar aquella voz de inmediato dejó de leer aquel libro para fijar su vista al frente—, El tema de hoy sigue siendo la magia con agua.

Entrecerró un poco sus ojos notando como Yesung les daba la espalda para dejar que su magia fuera el encargado de comenzar a escribir en aquel Pizarrón.

Tuvo ganas de levantarse y encararlo. En esos malditos 6 meses solo lo había visto una vez por cada mes que pasaba, era algo que lo estaba sacando de sus casillas. Era como si este lo estuviera evitando, pero también no lo veía seguidamente, era como si de verdad se estuviera ocultando. Lo que más le molestaba, es que algunos se sintiera aliviados de no tener su presencia.

—Deben de tener en cuenta que la magia con agua es usada para curar, sanar heridas físicas o del alma.

Este mencionó mientras les seguía dando la espalda. Se percató como uno de enfrente se encontraba mirando el libro pero a la vez estaba jugando con una bolita de papel. Movió su varita hacia aquella dirección para elevar el libro al igual que aquella bolita mientras se giraba.

El chico se quedó helado en su propio asiento al percatar la mirada que le había dado.

—Los ojos a la pizarra. —murmuró mientras regresaba el libro al dueño y aquella bolita de papel la.mandana directo al basurero de la esquina del salón, volvió a girarse para ver lo que había apuntado—, en algún momento de su vida tendrán que toparse con... Renegados. Si estos atacan, deben de contraatacar, es defensa personal pero si salen heridos. Esto es muy bueno.

• Ya'aburnee; [ Kyusung ]    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora