• 35;

338 45 8
                                    

Maratón 3/3;


Ambos estaban en el cielo en aquel jodido momento, era obvio que trataban de ser silenciosos para que nadie los escuchará pues en ningún momento se sacaban de la mente que estaban en el instituto y alguien podría descubrirlos si llegaban a provocar tanto ruido.

Y el más maravillado era KyuHyun quién notaba aquella expresión en el mayor, mordía sus labios con fuerza hasta dejarlos rojos. Era totalmente excitante.

Sus manos se pasaban por su delgado cuerpo el cual tenía rastros de una noche de sexo salvaje que había dejado muy adolorido a este, y podía darse cuenta porque cada que pasaba sus manos por aquellas hematomas, un quejido salía de esos preciosos labios, incluso cuando tomaba de sus caderas, este cerraba sus ojos con fuerza, y tal como justo en ese momento en el que había dejado que Yesung le montará, pudo notar como este parecía estar sufriendo.

Llevó sus manos hasta sus glúteos para acariciarlos, tratando de darle alivio pero a la vez mordiéndose el labio al sentir su propio miembro tan metido en el mayor que le provocaba varios escalofríos.

—¿Te duele mucho? —susurró acercando sus labios a su frente. —Puedo...

—Esta bien, solamente déjame disfrutarlo. Por favor.

Su tono de voz entrecortada lo hizo sentir un poco confuso, no incómodo, confundido era esa palabra.

Tampoco iba a renegar, le abrazó para tenerlo más cerca mientras se recargaba de aquella silla del escritorio donde ambos estaban. Con el mayor sentado a horcajadas encina suyo, totalmente desnudo mientras él lo único que tenía era la camisa abierta a merced del mayor quién no paraba de acariciarle.

Acarició su espalda con lentitud mientras ambos se dejaban llevar por la gloriosa sensación que estaban sintiendo. Sus cuerpos unidos, el calor que compartían más los bajos gemidos.

Era totalmente magnífico, el castaño podría pasar toda su vida de aquella forma, abrazándolo mientras lo hacía suyo pero algo no dejaba que se sintiera totalmente relajado hasta que aquel mentado SiWon saliera de la vida de ambos. Entonces toda la tranquilidad y paz haría que tuvieran una larga vida donde ambos pudieran amarse como debían.

—Mhhh, Yesung... —susurró acercando sus labios hasta su cuello.

El mayor se seguía moviendo de arriba a abajo mientras escondía su rostro en su hombro dejando su cuello totalmente expuesto a su persona.

Olió su aroma a lavanda, totalmente dulce como aquella personalidad que nadie conocía y que no estaba dispuesto a compartir. Yesung Bathory era el mejor de todos, su alma gemela y aquel lazo que debía de buscar en su vida pero que estaba seguro ya lo había encontrado.

Mientras el mayor seguía con aquél ritmo, lamió su cuello y sin poder evitarlo, mordió con suavidad aquella parte de su piel, pero Yesung se había alejado provocando que desgarrara un poco su piel, este se quejó.

—No te muevas tan brusco...

Susurró mientras lo volvía a acercar a su cuerpo, aprovechó para poder lamer aquellas pequeñas gotitas de sangre que habían escapado.

Tan solo bastó esa pequeñísima cantidad para que su instinto animal quedará totalmente maravillado.

Sería suyo el resto de la vida.

Detuvo al contrario con sus movimientos para tomarle de sus piernas, fue unos segundos tan rápidos y bruscos para Yesung quién se vió siendo recostado en aquel viejo escritorio, manteniendo a KyuHyun entre sus piernas quién le dedicó la última sonrisa llena de felicidad.

• Ya'aburnee; [ Kyusung ]    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora