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13 años después;

KyuHyun Loup realmente era uno de los magos más reconocidos y que trabajan por su propia cuenta sin necesidad de estar bajo el mando de alguien. Prefería hacerlo por su cuenta, investigar a renegados y llevarlos a la cárcel del ministerio, obviamente que nunca fallaba, todo siempre estaba bajo su control.

Pero sus trabajos siempre eran pagados, no hacía nada a gratis. Incluso el propio ministerio de magia le llamaba para pedirle ayuda cuando las cosas no estaban yendo bien, cuando el renegado se trataba de alguien demasiado poderoso pero no tanto para él.

Sus padres, ni que decir, no cabían de orgullo por el mago que se había convertido en su vida. Pero también recordaban que el mismo les había puesto un límite respecto a su vida, el tomaba sus propias decisiones sin importarle los demás. Así siempre había sido, como debió de ser.

A su pequeño grupo de magos que trabajan con él, se sumaban quienes menos lo imaginarian. Sus propios amigos de Kairos, DongHae, MinHo y EunHyuk. Entre los 4 habían logrado llegar a lo más alto sin necesidad de estar al margen de los demás.

Habían pasado 13 años largos desde entonces, se había graduado de Kairos con uno de los promedios más alto y con reconocimiento académico. El mejor de toda la generación, quién quisiera ser él en sus épocas de estudiantes.

KyuHyun dejó de leer aquel registro de renegados actualizados que estuvieran causando problemas en la sociedad mágica pero ningún era lo suficientemente peligroso como para ir detrás de estos. Era algo que los guardianes del ministro podían solucionar de manera rápida, se suponía que el ministro tenía a los mejores, así que para que molestarse.

El solamente iba detrás de aquellos que tuvieran alguna conexión especial, o que ya indicaban peligro. Muchos lo llamarían loco por tomar aquellos riesgos pero simplemente era prevención, y así podía mejorar toda más técnicas que sabía hasta el momento. Siempre aprendía de cada renegado que le enseñaba nuevos trucos bajo la manga.

Justo estaba pensando en algunas cosas fuera de lo normal hasta que detuvo las acciones de DongHae quién estaba por tomar el libro que se encontraba a su lado.

Le miró de forma un poco retadora para tomar aquel libro y ponerlo fuera de su alcance.

—Ah vamos, ni que te fuera a robar ese libro.

Se quejó mientras cruzaba los brazos aún así no le hizo caso.

Abrió el cajón que estaba a un lado del escritorio para poder depositar en aquel lugar su libro, lo cerró con su varita estando seguro que nadie iba a poder abrirlo, estaba bajo su propio hechizo.

—¿Qué quieres? —musitó poniéndole atención.

—Estoy aburrido.

—Siempre estás aburrido.

—Ay, tener ya los 30 años te volvió un amargado —se quejó cruzando los brazos y suspirando—, solo quería decirte que he andado con MinHo en algunos asuntos que te podrían interesar.

No estaba muy seguro, como era de costumbre, todos los asuntos relacionados con ellos. Solo provocaban que se metiera en problemas, como siempre.

—¿Y, de que se tratan o que?

—Bueno... —bajó su mirada hacia sus manos para jugar con sus dedos, llegando a desesperar al menor—, ya sabes, nos habían informado de algo y pues acudimos. Resulta ser que trataron de entrar al ministro de magia a robar algo, no se sabe que. Pero, eran personas totalmente ajenas de este tiempo, venían de otro lado.

• Ya'aburnee; [ Kyusung ]    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora