Frederick Bathory se encontraba justo en la entrada de aquel salón mirando a todos lados con cierta burla en su rostro. Vestía un traje negro totalmente limpio, la única diferencia del color del traje, es que la camisa era de un color rojo y tela de seda. Típico de él, el color rojo nunca debía de faltar en su vestimenta, era su favorito, el color a la sangre que solía derramar.
Su cabello estaba perfectamente peinado a un lado a pesar de estar corto. Aquellos ojos azules seguían mirando a través de todo los presentes quienes se encontraban con cierto temor. Y lo que más intrigaba, podría decirse que era aquella cicatriz que empezaba desde su frente y terminaba en su pómulo, pasando sobre su ojo que milagrosamente estaba intacto. Este se pasó su diestra por toda su quijada para acariciar su barba.
Sin decir ninguna sola palabra, comenzó a caminar por aquél caminito que le habían dejado libre, camino que se hacia un poco más grande debido a que todos se hacían para atrás, no querían tener contacto.
—¿Qué haces aquí?
Marcus Loup fue el primero en enfrentarse, poniéndose justo enfrente de el para poder interrumpir su caminar.
—Creo que tengo un hijo en este instituto —respondió sin bajar la guardia y notando la varita en su mano—, ¿De verdad piensas arrestarme en este lugar que se considera en paz hasta las doce?
—Puedo esperar hasta las doce para mandarte a prisión, maldito sádico.
Frederick rió totalmente divertido, girando a ver a los invitados que tenían caras de amargado, eran todos unos completos amargados.
Prefirió detener su risa y aclarar su garganta.
—Quitate Marcus, eres totalmente inferior a mi —Hizo un gesto con su mano para que se apartará—, no me obligues a matar a todos aquí.
Los murmullos o incluso sollozos se escucharon en todo el salón, provocando que se sintiera irritado porque las personas llegaban a ser demasiado exageradas con situaciones no tan fuertes.
Pero ese tipo no se quitaba. Y su paciencia se estaba yendo por un tubo.
Iba a sacar su varita para poder apartarlo por su cuenta, pero al fijar su atención en aquel escenario del fondo, logró ver a su pequeño retoño quien observaba con confusión todo aquel rollo. El único que no le miraba con temor, solo con preguntas en su interior.
Fijo más su atención en este, notando sus ojos rojos y cristalinos, rastros de llanto. Trató de calmarse dando un respiro largo.
—Apartate Loup.
Caminó de nueva cuenta pasando a lado de este para darle un empujoncito que casi lo mandaba volando hacia algunos invitados que lograron atraparlo en el vuelo.
Sonrió totalmente complacido, extendiendo sus brazos hacia Yesung.
—Mi pequeño, papá ha venido...
—Te dije y te lo advertí que no te atrevieras a pisar mi instituto —LeeTeuk fue el primero en bajar de aquel escenario—, quiero que te retires en este momento. No tienes nada que hacer aquí.
—Mi nada esta ahí atrás tuyo.
—Deja de intentar hacerte el graciosito y lárgate.
Yesung podía sentir tantas emociones en su interior. Escuchando como su tío peleaba con su padre quien sólo se tomaba sus palabras a juego, sin hacerle caso, sin darle importancia.
Al alzar la mirada hacia los demás magos, cambia formas o incluso otros seres mágicos, pudo darse cuenta que no bajaban su varita en ningún momento, el temor estaba en sus ojos. Incluso muchos alumnos giraban a verle con culpa, por su culpa es que Frederick se encontraba en ese momento, llegando a echar a perder una noche que consideraban única. Si tan solo no asistiera a aquel lugar, todo estaría bien.
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• Ya'aburnee; [ Kyusung ]
FanfictionEl instituto Kairos ha sido abierto desde tiempos remotos para todos aquellos magos, seres de magia, etc, dispuestos a controlar su magia y aprender a vivir con ella. Más ahora que el siglo XXI es totalmente distinto. KyuHyun hijo de grandes magos...