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Yesung tuvo que suplicarle a su padre que de verdad podía irse solo en el portal que siempre abría para llegar al instituto. Pues este estaba demasiado decidido que Jaime (Otro muerto viviente) fuese el chófer que lo fuera a dejar al instituto en aquel día.

Además que la salida iba a ser súper odiosa cosa que simplemente rechazó de inmediato y con ojos de súplica.

Frederick simplemente rodó sus ojos mientras asentía haciendo un gesto con su mano de que era momento que se fuera, totalmente indignado por siempre rechazar lo que le ofrecía. ¿Que padre no se sentiría de aquella manera?

En fin, era algo que podría solucionar cuando estuviera de regreso en su casa por la noche. Lo bueno de irse tan temprano y regresar noche, es que por lo menos estaba totalmente desligado de todas las cosas que su progenitor hacia en su ausencia, se la pasaba la mayoría parte de su tiempo en aquel lugar que solo llegaba a platicar unos minutos con él, antes de irse a su cuarto para hacer tarea y quedarse dormido. Al siguiente día era despertar, asearse, desayunar y volver con lo mismo de siempre. Claro, claro. Una bonita vida.

—Te extrañe.

Claramente no se esperaba que fuese jalado a un salón vacío sin que nadie se diera cuenta de aquello que acababa de pasar.

Fue empujado contra aquella puerta ahora cerrada mientras tenía los labios de cierto castaño sobre los suyos. Así que cerró sus ojos decidido en corresponder a aquel beso, perdido en el sabor que desprendía de estos, incluso podría decirse que adoraba que llevara el control.

Sus dientes tomaban de su labio inferior para morderlo y diccionario cuando le daba tiempo de poder respirar.

Las manos de KyuHyun rodearon su cintura con fuerza mientras él era quien rodeaba su cuello haciéndolo retroceder unos pasos hacia atrás hasta topar con uno de los asientos, provocando ruido que los hizo separarse y mirar a sus lados para ver si en verdad nadie estaba en aquel salón. Al estar totalmente seguros que si, estaban solos, se miraron mientras reían un poco.

KyuHyun sin soltarle aún de su cintura, y recargandose de aquella banca. Fue que junto sus frentes mientras se embriagaba del aroma que desprendía el mayor. Olía siempre a bosque.

—Me estaba preguntando en que momento ibas a llegar.

—Alguien puede venir...

—Este salón lleva vacío desde hace una semana —fue su respuesta mientras se acercaba a dejar pequeños besos en sus labios—, fue un fin de semana largo. Quería verte, Yesung.

El mayor cerró sus ojos dejándose embriagar por el aroma que el menor desprendía, se mordió sus labios con suavidad y agachó un poco más su cabeza para terminar abrazándose más de este pero ocultando su rostro en el cuello de este.

—¿Cómo es que un niño de 16 años me tiene así?

—Te recuerdo que dentro de unos meses estaré por cumplir 17 años —la voz de KyuHyun dió a conocer su indignación por ser nombrado de aquella manera—, no soy un niño.

—Y también harás dos años en Kairos, y yo cumpliré 21.

—Eres un viejo.

Yesung frunció su cejo antes de separarse para verle con molestia pero el menor le tomó de sus mejillas para repartir varios besos sobre sus labios, con cada beso solo lograba que la sonrisa del mayor se hiciera cada vez más amplia hasta hacerlo reír.

Había tenido un fin de semana demasiado largo para ponerse a pensar en todo lo que pensaba y sentía.

Después de tener una salida por la ciudad con DongHae, y poder platicar con más tranquilidad. Había llegado a esa conclusión qué realmente no solo sentía atracción o gusto por Yesung, más bien estaba enamorándose enteramente de este. Sin importar el porque, o como. Su interés se había ido más allá sin poner límites, después el mayor cooperaba más al ser tan jodidamente atractivo ante sus ojos.

• Ya'aburnee; [ Kyusung ]    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora