—¿Entonces el pequeño está oculto aquí?
Yesung volvió a asentir por milésima vez mientras se abría paso entre el bosque, sus pisadas se escuchaban por las hojas secas de los árboles mientras tenía cuidado de que nada más los viera. Debían de ser totalmente discretos.
También con su varita se ayudaba a hacer un lado aquellas ramas que podían llegar a estorbar su camino.
—Que horror, tu padre si que hizo un gran trabajo en sacarlo del instituto sin ser descubierto.
—Imaginate si se enterasen que el anduvo por aquí —murmuró mientras giraba a darle una rápida mirada a HeeChul quien no se veía tan contento de estar rodeado de tierra y hojas.
—Bien, bien. Por lo menos espero que aquí no esté tan encerrado... Pero no quiero encontrarme ningún maldito ogro.
Rodó sus ojos mientras seguía apartando las ramas y no solo para el, también para HeeChul quien no iba a mover ningún solo dedo para no lastimar sus manos. Pero de qué podía quejarse, era con el único que confiaba al mil.
—Se ponen rabiosos e intentan comerte —el mayor continuó hablando mientras seguía sus pasos—, no quiero tener que recurrir a lo de mis padres para tener que salvar nuestro pellejo.
—Deja de pensar en tanto. Por favor.
El mayor rió logrando que la tensión se fuera y solo pensaran que habían aprovechado su clase libre para darse una escapada al bosque, más que se estaban haciendo los arreglos para el festín pues nadie los iba a a buscar hasta más tarde cuando debían de dar su punto bueno si todo estaba en orden.
Notó a lo lejos un gran espacio que era iluminado por el sol, en medio de aquel círculo gigantesco que estaba rodeado de un pasto verde demasiado hermoso y enormes árboles que ponían una barrera. Pudo divisar al fin a quien buscaba.
Aquel dragón se encontraba acostado y echo bolita mientras recargaba su cabeza sobre su hombro. Su piel era negro con roja mientras tenía picos en todo su cuello, estos le servían para poder defenderse de cualquier ataque. Su cola terminaba en forma de bola rodeada de picos que servían para lo mismo, se veía bastante relajado, feliz si se podría decir de tener un espacio enorme para si mismo. Su tamaño realmente que lo dejaba impresionado, de aquel pequeño dragón que tenía el tamaño de su pierna, ahora era mucho más que eso, estaba creciendo tomando el tamaño de cualquier dragón promedio. Lo malo es que aún le faltaban algunos años en seguir creciendo, sería más enorme.
HeeChul decidió recargarse de uno de los árboles mientras bostezaba un poco y estirando sus brazos. Yesung en cambio guardo su varita mientras decidía avanzar aplastando unas cuantas hojas en su andar.
Aquél dragón abrió sus ojos de inmediato, y al tenerlo a su vista. Había alzado su cabeza para poder estirar su cuello hasta donde el estaba.
—Bosorni, ¿Te sientes cómodo en este lugar?
Aquél dragón le empujó con su hocico logrando que cayera el pasto, entonces rió un poco de ver cómo seguía buscando la manera de buscar alguna manzana entre su saco y provocando risas en aquel intento de búsqueda.
Llevó sus manos hacia su gran hocico para poder calmarlo, este lo hizo dejando que le acariciara, que recargara su cabeza sobre este en un intento de buscar un abrazo reconfortante mientras cerraba sus ojos. El dragón respiraba dejando salir algunos bufidos, pero también había cerrado sus ojos para disfrutar el momento con su familia.
Yesung volvió a suspirar mientras acercaba sus labios hacia su piel totalmente gruesa y dura, depósito un casto beso sobre este.
—Los días se vuelven cada vez más pesados, Bosorni. —murmuró solo para que ambos escucharan—, se que odiar es malo, pero nadie es amable conmigo, no te confundas, HeeChul lo es. Los demás siguen hablando a mis espaldas como siempre, señalando y juzgando.
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• Ya'aburnee; [ Kyusung ]
Hayran KurguEl instituto Kairos ha sido abierto desde tiempos remotos para todos aquellos magos, seres de magia, etc, dispuestos a controlar su magia y aprender a vivir con ella. Más ahora que el siglo XXI es totalmente distinto. KyuHyun hijo de grandes magos...