• Epílogo;

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8 meses después.

Las cosas habían mejorado para bien, todo estaba yendo de maravilla para ser verdad.

KyuHyun tuvo que cortar lazos con sus padres, pues estos seguían insistiendo que por lo menos debía de tener a su lado a una hermosa mujer para que el apellido pudiera seguir existiendo, y para ser verdad. Eso poco le importaba, ya tenía una nueva familia por la cual estaba comenzando a ver. Así que con todo el dolor de su corazón, terminó casi expulsandose así mismo de la comunidad mágica para evitar ser rastreador por el ministro, o algunos guardianes que muchas veces metían la nariz donde no les correspondía.

Obviamente no iba a vivir de magia, necesitaba dinero y lo había conseguido. LeeTeuk le dió un plazo como maestro contra las artes oscuras en Kairos, y aunque al principio se había negado, fue el mismo Yesung quién lo convenció de tomar el puesto. Pues se sentía totalmente extraño, salir como alumno y regresar como profesor en el lugar donde conoció al amor de su vida, donde pasaron tantas cosas. Y era verdad que cuando volvió a pisar el lugar, tuvo ganas de llorar.

EunHyuk y DongHae habían comenzado una relación aunque era lo que todos esperaban, a los dos se les notaba de verdad que se morían uno por otro, tenían su historial limpio. Podían andar de un lado a otro.

Mientras tanto, MinHo también había aceptado un puesto a LeeTeuk para decirle que todos se iban a impresionar con todo lo que sabía. Pero simplemente eran puras palabras porque había terminado siendo como uno de los maestros más queridos, pero porque este le gustaba demasiado convivir con los alumnos, reír y hacer bromas con estos. KyuHyun solo era el maestro gruñón que se creía demasiado por tener tantos años de experiencia.

Fue hasta ese momento que comenzó a odiar a los alumnos, y entendía porque en su tiempo de estudiante, los profesores tenían la misma cara que el en esos momentos tenía.

Y para al final, su bello ángel se encontraba en su octavo mes de embarazo. Siempre siendo cuidado por HeeChul quién parecía demasiado sobreprotector al igual que su suegro (quién ya se había encariñado bastante con la bebé que aún no nacía) le daba gracia ver pelear a los Bathory diciendo que sería una pulgosa como su padre, el otro reía diciendo que de pulgosa no tendría nada, debía ser una total Bathory para tener los maravillosos dones de aquel clan... Un clan demasiado anormal.

Para que quería a su propia familia de sangre, si ya había encontrado otra la cual amaba demasiado.

-Cariño... -susurró tomando la mano de Yesung para besar su mano.

Observó la piel limpia de su muñeca, desde que había regresado a la vida. Casi todo se le había retirado, estaba limpio.

Lo único que seguía en su pareja, era su magia y algunos dones más que Hades le había otorgado pues cuando lo necesitara. Y aquella idea seguía sin gustarle, aunque tenía que dar las gracias ya que a ese dios, Yesung estaba en ese momento acostado a su lado.

-¿Y cuando tendrás que comenzar a servirle a Hades?

-Mh, me dijo que primero me tomé un descanso antes de comenzar a trabajar... Dijo que solamente sería de ir y venir, no tendría que irme así por ratotes, solo un ratito.

-¿Y cuánto dura ese descanso?

-Poco... Unos 100 años o más..

-¿¡Qué?!

-¡Ay no grites pedazo de... -Yesung se tapó sus oídos mientras abultaba sus labios.

KyuHyun rió un poco al recordar una de aquellas cuántas charlas mientras volvía a dejar un beso en la palma de la mano ajena.

Bajó la mirada para ver cómo su estómago se veía abultado, ya estaba en sus ocho meses recién cumplidos. Y las hormonas de Yesung estaban a todo dar, daba gracias que fuera tan paciente.

Puso su mano sobre su pancita crecida, esperando sentir a su hija moverse pero está parecía estar dormida al igual que su padre.

-Princesa o mi guerrera, solo falta un poco más para que te tengamos en nuestros brazos -sonrió mientras se acercaba a dejar pequeños besos en esa parte-, eras la primera cita a ciegas de la cual estoy enamorado, pero no le digas a papá. ¿De acuerdo?

Rió un poco mientras alzaba la mirada para encontrarse con aquel par de ojos azul-violeta que le miraban enternecido.

-¿Qué haces despierto? -Susurró volviéndose a acomodar a su lado-, debes de descansar por dos. Recuerda.

Yesung hizo una leve mueca cuando intentó moverse pero simplemente no pudo debido a que el peso de la bebé ya le molestaba demasiado.

-Es que... Tengo un antojo. -murmuró con timidez y pasándose la lengua por los labios.

Pero ese tengo un antojo fueron las palabras que hacían sudar a KyuHyun.

La última vez, el mayor había pedido una rebanada de pizza del mundo de los humanos. Y tuvo que salir a las 3 de la mañana a buscar una mentada rebanada de pizza para su mayor que consiguió en una tiendita de abierta por 24 horas. Sin embargo, al regresar, el mayor se había molestado porque solo le había llevado una rebanada cuando pudo llevarle la caja completa. Y cuando regresó con la caja completa, este se hallaba dormido.

Suspiró antes de poner su mejor cara para que este no se sintiera mal.

-¿Qué se te antoja?

-Quiero pepinos con mermelada. Pero que sea de ciruela.

-¿Pepinos con mermelada? ¿Qué?

-Bueno yo soy el que se los va a comer. ¿No? -cruzó sus brazos sobre su pecho.

Aquel acto alertó a KyuHyun quién asintió poniéndose de pie, era algo fácil que podía conseguir en la cocina de la casa.

-KyuHyun... -se detuvo antes de ponerse las pantuflas para verle-, Alyssa dice que te ama.

Sin poder evitarlo, se encontraba sonriendo como idiota al recordar que su pareja tenía una conexión con su ya crecida hija. Y le decía todo lo que pensaba sobre su persona.

Si la pequeña y Yesung lo amaban, entonces no tenía nada más que pedir.

-Traere sus pepinos con mermelada. Más les vale no quedarse dormido cuando regresé.

-¡De paso trae jugó de Plátano!

Gustos tan extraños tenía.

Si KyuHyun podía con todo, había encontrado algo con lo que realmente iba a caer arrodillado.

No se trataba sobre ningún mago oscuro que lo hiciera temblar de miedo, lo angustiara o obligará a pedir perdón en repetidas ocasiones.

Su mayor debilidad, se trataba de Yesung Bathory en etapa de embarazo.

Y no se quejaba. Lo amaba como el sol podía amar a la luna, tan fuerte a pesar de la distancia que los separaba, porque cuando era su momento de estar juntos, creaban magia.

••••••

Me atrasé un día. Pero epílogo terminado y nueva historia publicada.💕

• Ya'aburnee; [ Kyusung ]    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora