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Los guardianes no se hicieron esperar a los siguientes dos días después de aquel crimen, rondaban los pasillos de un lado a otro. Interrogando a alumnos, maestros, grupos enteros e incluso a los seres que trabajaban en el instituto. No sé iban a ir hasta obtener una buena pista que les ayudará a revolver aquel caso, ni los alumnos podían dejar de faltar a clases porque era necesario su educación, pero todos no se sentían cómodos.

¿Quién iba a querer matar a una chica tan linda?

Era la misma pregunta que escuchaba en todos lados, en cada rincón y en cada boca de todos los alumnos.

Incluso hasta lo habían interrogado a el sin poder evitar ponerse un poco molesto, pues no tenía nada de conexión con aquella chica, solamente la veía desde lejos, a lado de KyuHyun. Y aunque realmente si sabía lo que había pasado, qué el era el culpable de aquel asesinato, supo muy bien como jugar sus cartas para no quedar como un sospechoso. Realmente le había salido bien el estar con los otros tres justo en el momento del accidente.

Estaba a punto de ir hacia su salón, su último rondín había acabado y además no podía estar tranquilo debido a que se encontraba con un guardián de un lado a otro. Les fingía una sonrisa tímida cuando pasaba a lado de estos, pero era absurdo que siguieran buscando pistas.

Debido a eso, JungSoo había creado un gran hechizo de magia que evitará la entrada de intrusos al instituto. Algo por lo cual no sabía si debía de preocuparse por aquello.

Bajó la mirada mientras iba contando sus pasos, de vez en cuando tenía la manía de hacer eso, cuando se encontraba nervioso. Mientras se mordió el labio inferior, supo que debía de dejar de hacer aquello, o cualquiera se daría cuenta de eso, y no quería que algo tonto sucediera.

—Yesung.

Pudo no hacer caso ante ese llamado y seguir sus pasos, pero se detuvo de manera rápida al reconocer aquella voz. Más bien, la conocía siempre, vivía con ella.

Giró de inmediato para enfrentar aquel que le estuviera jugando una broma pesada, pero se llevó una gran sorpresa.

Del otro extremo del pasillo, se vio así mismo caminando directamente hacia donde estaba. Era totalmente diferente, más delgado, un poco más alto pero no tanto. Su rostro era totalmente delgado, no había rastros de mejillas regordetas como las que tenía en ese momento. Su cabello era de un color diferente, era blanco y sus ojos eran de un color violeta donde el rojo apenas se apreciaba, totalmente diferente a él. Vestía unos pantalones rasgados de las rodillas, su camisa era gris pero las mangas eran de un negro transparente. Una vestimenta totalmente diferente.

Abrió su boca tratando de decir algo, ese tipo de bromas no le gustaba. Y si alguien se estaba pasando de la raya con el, lo iba a matar sin importar quien fuera.

Cuando se dio cuenta que su otro yo, o copia, lo que fuera, estaba demasiado cerca a el. Se alejó unos cuantos pasos, sin embargo este alzó su mano para inmovilizarlo con un hechizo, dejando ver la runa de dragón que el mismo tenía plasmado en su muñeca. Eso le hizo sentir totalmente confundido, nadie sabía de eso, solamente sus amigos. Y realmente dudaba que estos jugarán de aquella manera.

—Eres un mocoso testarudo —este continuó hablando hasta quedar justo frente de el—, no eres lo suficientemente maduro a tus 20 años, simplemente vas a arruinar tu vida.

—¿Q-que?

—Nuestro futuro no es lo que esperas, te has convertido en alguien peor a nuestro padre. Aunque ni eso, jamás te diste cuenta del amor que nos tuvo.

—¿Qué?

—Que eres un idiota. —este le miró de arriba a abajo antes de pasarse una de sus manos por su cabello blanco—, bien, los planes de que todos estén a nuestros pies y nos teman están en lo correcto, pero hay cosas peores. He matado familias inocentes, he destruido la paz y lo único que he creado en este mundo del futuro es pura guerra. A cada momento hay problemas, nunca hay paz.

• Ya'aburnee; [ Kyusung ]    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora