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—Ay deja de joderme, ya te oí.

KyuHyun se sobresalto un poco al escuchar a su novio estar peleando con quién sabe quien.

Notó como este había tomado una prenda para poder medirsela mientras se miraba en el espejo de aquel aparador pero de inmediato su sonrisa se había borrado de inmediato para girar de mala gana hacia su derecha, donde no había nadie.

—Que ya te dije que a menos que venga él, no puedo, ni que estuviera loco.

—¿Con quién hablas? —se atrevió a preguntar atrayendo su atención.

Señaló hacia su derecha con cara de pocos amigos.

—Con este tipo.

Pero KyuHyun no vió a nadie por más que entrecerrar sus ojos para ver si se trataba de alguien con alguna pócima que lo hiciera invisible para los ojos de los demás, pero ni así.

En cambio Yesung a su lado podía ver a un chico totalmente atractivo, centímetros más alto que el, un rostro totalmente siglo de admirar pues su piel vendría siendo totalmente envidiada, un maldito perfil griego que cualquiera desearía. Sus ojos eran de color rojo intenso pero que no combinaba para nada con su cabello color oro. Vestía de túnica negra solamente, resaltando más los dos cuernos no tan grandes que sobresalían de su cabeza.

Un demonio, uno llamado Dashiell con unos 150 años encima que solía molestarlo cuando Hades quería una visita de su parte. Sabía que KyuHyun no podía verlo.

—Sabes que no puede verme. —Dashiell sonrió pasando sus manos enfrente de un KyuHyun confundido.

—Ya se que no puede verte —le tomó la mano para que dejará de molestarlo—, dile a Hades que no puedo ir con él, tiene que venir.

—Ay, el odia salir del inframundo.

—¿Y que quiere, que me mate para que vaya a verlo?

—La daga que te dió..

—No gracias, paso. —Sonrió hacia KyuHyun quién se veía más confundido que nunca—, es un tonto.

Dashiell abrió su boca fingiendo estar ofendido, cosa que no conocía porque su ego estaba más que elevado por convivir casi todos los días con el mismo Hades.

Yesung quién seguía probándose una que otra ropa, recordó que aquel dios del inframundo era quien siempre visitaba a su padre y de paso a él. No era ningún Dios para poder entrar y salir del inframundo por más que pudiera convivir con seres de este terreno (cortesía de su familia como una herencia bizarra) sabía que el día que el pisará el inframundo, sería porque estaría muerto, esa era la única manera de llegar hasta ese lugar.

—Ay Yesung, la vida es horrible. En cambio si consideras servir mejor a Hades, ¡Seríamos compañeros!

Y volvió a chasquear un poco para volver a verle, este se veía tan emocionado que no podía evitar sentirse divertido. Pero las cosas habían cambiado.

En algún momento lo había considerado, pero ya no. El motivo principal de querer seguir viviendo, estaba justo a lado suyo quién intentaba distraerse mirando algunas camisas que no iban de su estilo, agradecía que no le siguiera preguntando y simplemente lo dejara hablando en paz con aquel demonio.

—No, ¿Para que quiere verme? —mejor fue directo al punto.

Dashiell quién se había quedado embobado mirando una playera con estampado de un demonio con cuernos y cara horrible, giró a ver con indignación al pelinegro.

Señaló varías veces la playera comprendiendo que quería decir.

—Pues esa imagen tienen de los demonios.

• Ya'aburnee; [ Kyusung ]    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora