• 50;

325 42 23
                                    

Sentía mucho frío, no sabía que estaba sucediendo ni qué había pasado pero de algo que estaba seguro es que su espalda le estaba doliendo a horrores, aquel dolor se fue a todo su cuerpo haciendo que viniera adolorido mientras se movía logrando reconocer que se encontraba sobre algo duro que provocó que se quejara más, eso ocasionaba que sintiera más dolor en todo su maldito cuerpo.

Sintió un par de manos que le tomaron de su pecho para que no se removiera tanto, parecía que trataban de cuidarlo provocando que se sintiera extraño, se supone que SiWon lo había atacado.

Volvió a gemir al sentir como su cuello le había dolido, quizás había estado en una mala posición por mucho tiempo y aquellas manos volvieron a tomarle de aquella zona para dar suaves masajes que de inmediato le hicieron sentir más relajado, esta vez sus gemidos se volvieron de placer al sentir que aquello le estaba relajando los tendones de su cuello.

Comenzó a escuchar un murmullo a lo lejos que le hizo que comenzará a recobrar la consciencia a lado lento, aquél murmullo se fue haciendo cada vez más cercano hasta reconocer que estaban llamando por su nombre.

Fue entonces que comenzó a abrir sus ojos los cuales le dejaban ver poco a poco en lo que se acostumbraban después de ver el foco encima suyo que lo deslumbró por unos segundos, pero a eso no fue lo que le puso atención, más bien fue a la persona que se encontraba de rodillas a su lado mientras notaba miedo y preocupación en su mirada, se sintió fatal al notar que aquellos hermosos ojos se encontraban llenos de lágrimas por la preocupación que sentía.

—KyuHyun...

Volvió a entrecerrar sus ojos para volver abrirlos por completo para darse cuenta que Yesung estaba a su lado.

Trató de ponerse de pie pero simplemente no pudo porque sintió como todo su cuerpo había dolido por el movimiento tan repentino que había hecho, logrando que se quejara y el mayor le negara ponerse de pie.

—Estas lastimado, no te levantes. —Yesung susurró dándole palmaditas en su hombro y con su otra mano secándose las lágrimas—, joder KyuHyun, estaba preocupado por ti.

Otra vez trató de levantarse pero el pelinegro lo hizo volver a recostarse en aquel delgado colchón que hasta ese momento se dio cuenta de su presencia.

Miró a su alrededor para darse cuenta que se encontraban en un cuarto totalmente siniestro para su pesar, las paredes eran grises y totalmente mugrientas, la luz de aquella lámpara era algo fuerte por lo que alumbraba el espacio. En aquel espacio solamente había un colchón casi desgastado donde estaba acostado, y nada más. Pero también pudo ver dos puertas, una enfrente suyo que se encontraba cerrada, la otra estaba abierta dejando ver un baño totalmente abandonado, despintado. Así que la otro era la salida.

—Él nos ha dejado aquí, en este lugar desde que llegamos —Yesung le acarició sus cabellos sin dejar de darle atención—, le suplique para que me dejara contigo, estabas tan mal que no podía dejarte solo.

—¿Donde estamos? —habló con voz ronca y sintiendo su garganta doler.

—No lo sé. Me cubrieron con una manta la cabeza que no pude ver dónde estamos, solo que llevamos aquí dos días y pues..

—¿Qué? ¿Dos días?

—Si...

—¿Como rayos han pasado dos días?

Otra vez intentó ponerse de pie siendo reprendido de nueva cuenta por su pareja quién le había tomado de los hombros para que no se levantará, pero simplemente había sentido cierto enojado por dejar pasar el tiempo.

Le tomó de la muñeca para encarar al mayor y lo dejará ponerse de pie, pero se dio cuenta de aquel grillete que cubría su delgada muñeca.

—Impide que use mi magia —le respondió mientras alejaba su mano—, también se llevó nuestras varitas. Y vienen en la mañana al igual que noche para dejarnos una porquería de comida.

• Ya'aburnee; [ Kyusung ]    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora