Capitulo 104

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–¿Quién era? –habló Harry con la boca llena de trozos de un emparedado recién hecho– 

–Nadie, un mensaje de la compañía telefónica. –respondí con nerviosismo–

–¿Me dejas ver? –se acercó y le negué el acceso al móvil–

–No, no es necesario. –Abrí los ojos más de lo normal.

–Me estás escondiendo algo. –Afirmó, muy serio. Empezó a caminar en mi dirección, eliminando cualquier espacio entre nosotros dos, suspiró. – No me gusta que me ocultes cosas, ¿está bien? Así que muéstrame el celular. Ahora. –apretó los dientes mostrando enojo–

–Harry, no… –Intente safarme de su agarre, pero no estaba a mi alcance, no entendía el cambio brusco de emociones.

–Ahora. –su mirada me aterraba, podía congelar a cualquiera, y estaba utilizando ese poder en mí. 

Un tremendo dolor recorrió mi vientre, me estremecí tanto que llegué a agacharme un poco y hacer algunos ruidos extraños.

–¿Qué te pasa, estás bien? Me estás asustando, de verdad, no hagas eso, ¿qué pasa? –posó su mano encima de la mía, su rostro se palideció.

–N-no, no es nada, son dolores n-normales, no te preocupes. –gemí, el dolor desapareció.

–Parece que eres una madre experimentada. –sonrió

–Sólo soy estudiante de medicina. –alardeé-

Bufó y caminó de regreso a la cocina, no sin antes darme un tierno beso en la mejilla. Los mensajes seguían invadiéndome, uno tras otro, todos con el mismo contenido.

No tuve de otra que tomar el auto e irme a su apartamento. Iba pensando en que le diría o que me diría más que todo, llegué en cuestión de minutos, con un poco de dificultad toqué el timbre. La música a todo volumen se escuchaba incluso fuera del lugar. Toqué dos veces más, hasta que por fin, abrió.

–Ah, hola. – Niall sonrió falsamente después de la frase. 

–¿Qué pasa, Niall? ¿Qué quieres? –le hablé, llendo directo al grano. 

–Que te cases conmigo. –soltó. Mis ojos se abrieron inmediatamente, empecé a reir. 

–Claro que no, ¿En que estabas pensando? –me burlé. El encendió otro de sus estúpidos cigarrillos como siempre lo hacía cuando quería hablar de algo conmigo y parecer serio. –Deja esta porquería y escúchame –le arrebaté el tabaco y lo arrojé al suelo– No volveré a caer en tus trampas, ¿está bien? En ninguna de ellas, puede que yo haya sido una ingenua en el pasado pero esta vez ya no, ¿me oiste?

–Escucha, a mi nadie me dice que hacer, ¿entendiste tú? Y te tienes que casar conmigo por que si no, tu madre hará que abortes y yo apoyaré eso. No eres mia, no eres de nadie.

–Eres un enfermo, Niall, un completo enfermo. –me dí la vuelta y el me tomó del brazo.

–No importa, lo único que quiero es que no estés con el rulitos de porquería.

–Tú mismo lloraste cuando lo viste.

–Ese no es el caso, tú bien sabes que estoy loco de remate y ninguna medicina lo cambiará.

–No, Niall, tú-tu no puedes.

–Sí puedo, prepárate para tu infierno, Querida. –me sacó con pequeños empujones, ya en la entrada me dijo –Cuidado con Styles, señorita. No sabes en lo que te haz metido.

Temblé al igual que la puerta al cerrarse bruscamente, salí corriendo. Tantos problemas en mi mente pasaban ahora, llega un momento de tu vida en que todo se acumula, felicidad, tristeza y preocupación en un mismo día o en un mismo minuto. Es involuntario, sentir es involuntario, no puedo culparme de todo lo que pasa, quizá la mayor parte lo sea y yo haya sido la culpable, pero no tengo tiempo de pensar en todo eso, tengo muchas dudas en mi mente. Harry ha estado raro, eso lo puedo notar, aunque trate de camuflarlo actuando como idiota sé que algo ocurre, algo que su mente reusa a contarme.

No es una tipica historia de amor (Niall, Harry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora