No es una tipica historia de amor (Niall, Harry)

Capitulo 89

Por suerte me dieron tiempo de quitarme la pijama por lo menos, aunque fue bastante incómodo cambiarme en mi cuarto con dos policías en el. Me lavé la cara y pasé los dedos por mi cabello al no poder encontrar mi peine y por las insistencias de apresurarme. No pude ni cepillarme los dientes, ni avisarle a mamá o a alguno de mis hermanos. Aunque creo que las sirenas sonando de las patrullas los han despertado y han salido a dar un vistazo, y al verme en una patrulla hizo que los pensamientos de mamá hayan llegado al cielo.

Todos eran bastante malos conmigo, me jalonearon del brazo hasta dejarme un feo moretón. Me dejaron en una celda bastante terrorífica, nada parecida a la anterior en la que había estado. 

La celda es compartida, hay 3 camas así que se supone que tengo dos compañeras, y así es, ellas dos salieron de la oscuridad que no me dejaban ver bien el panorama, la celda es bastante grande, así que fácilmente se pudieron haber escondido.

–Te vamos a dejar las cosas bien claras… -Exclamó la mayor, mucho más alta que yo, con más volumen en su cuerpo, un tatuaje en la cara y músculos bastante formados para ser una mujer. 

Apenas sí podía quedarme quieta, estaba temblando del miedo. 

–Así es… -Dijo la otra compañera de celda, la menor. Esta era un poco más baja en estatura, pero con un gran dragon tatuado alrededor y a lo largo de su brazo izquierdo.

–Sí te metes con nosotras, o con alguna de este sector… -Hizo una pausa para reírse de mi cara casi muerta de miedo, mis ojos parecían salirse de su órbita- Te ves muy inocente como para las palabras que iba a decir, te explicaré en tu idioma.. Sí te metes con nosotras, ahí, abajo de esa cama –señalándola– hay una navaja, no es necesario que te diga lo demás o si?

Bajé la cabeza del miedo, ella tomó de mi barbilla con su gorda y sudorosa mano y bruscamente la levantó haciéndome verla de nuevo.

–¡Mirame a los ojos cuando te hablo! ¡Responde! 

Negué con la cabeza y esta misma me aventó hasta la pared golpeándome la espalda, ellas volvieron a su escondite como animales y yo sólo pude deslizarme por toda la pared doblando mis piernas hasta llegar al suelo y empezar a llorar silenciosamente. 

La cárcel me recordaba a mi ángel y eso me hacía ponerme más triste, no tenerlo aquí para recostar mi cabeza en sus piernas, que no acariciara mi cabello dulcemente mientras me cantaba canciones al oído para calmarme, que su dulce aliento rozara por mi cara llevándome a las nubes y sus suaves besos en la frente que hacían estremecer todo mi ser en un solo contacto. ¿Cómo no me pude dar cuenta antes? ¿Porqué no le dije todo lo que sentía antes de que el se fuera para siempre? Pudimos haber creado una hermosa historia juntos, pero ahora sólo me quedan los dolorosos recuerdos. 

Me llamaron para interrogarme horas después. Abrieron la celda y salí cuidadosamente, no tuvieron la necesidad de sacarme a la fuerza o jalonearme, quería salir lo más rápido posible. Entré con la cabeza abajo e hicieron sentarme en una incómoda silla y una mesa enfrente. Me quitaron las esposas y salieron de la sala. Había bastante frio para ser honesta. Una persona entró, al parecer el me iba a interrogar, me puse nerviosa, no por ser culpable, cosa que no es verdad, si no por que es algo raro porque nunca antes me han interrogado.

–Buenas tardes señorita… -habló el.

–______, _____ Malik.

–Señorita Malik, le haré el interrogatorio, ¿usted es acusada de Homicidio, verdad?

–Sí. 

–No se preocupe, no será más que algunas preguntas, tiene que responderlas con nada más que la verdad, no se tiene que poner nerviosa ya que esto no es más que una requisito policial.