Capitulo 80

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Una persona muy rara empezó a seguirnos, al momento de que saqué el celular se iba acercando más, pero la verdad es que no le presté mucha atención. __ me advirtió acerca de eso, pero sólo la ignoré, estaba algo ocupado viendo a donde dirigirnos. 

En menos de dos segundos, ___ gritó. Ella venía atrás de mi asi que me asusté mucho, volteé bruscamente y estoy plenamente seguro que mi corazón se paró al ver la escena. Un delincuente tenía a ___, rodeando con sus brazos gran parte de sus hombros y amenazándola con una navaja justo en el cuello. Mis ojos se abrieron demasiado, hubo un momento de silencio en que nadie sabía que hacer. El rompió el silencio diciendo “Quiero que sin ningún mayor movimiento, saques ese celular, tu dinero y objetos de valor y me lo pongas en el suelo, ahora. O tu chica no estará para ver el sol mañana” ¿Qué clase de metáfora era esa? No tenía idea. 

Saqué rápidamente y sin ningún previo aviso un revólver calibre 38 color negro que siempre llevo conmigo, nadie nunca la nota, es sólo por seguridad. La apunté a la cabeza de el, la cargué en sus ojos y le dije algo como “¿Porqué no mejor cierras la boca, la sueltas y te vas antes de que yo te mate a ti?” no sabía lo que pasaba, no podía procesarlo. Sostenía la pistola con temor pero en mi mirada mostraba seguridad, unos segundos con la misma posición bastaron para querer dispararle, pero no podía, mi cerebro enviaba la señal pero había algo que me detenía. 

“Me estás lastimando” tartamudeó ella con miedo, pude notar que una gota de sangre brotó de su cuello, por que estaba presionando la navaja con tanta fuerza que ya la había cortado. Era un momento muy dificil, no sabía que hacer, ¡no podía matar a una persona! ¡pero el la estaba lastimando! Con la misma pistola golpée su cabeza tan fuerte y tan rápido que hizo que aflojara la navaja y esta callera al suelo goteando líquido rojo. ____ tomó el brazo del delincuente y de alguna manera en 5 segundos ya estaba arriba de el en el suelo, ahora ella quien lo amenazaba con la navaja. “Me estás lastimando, te dije” susurró insinuando venganza. Los dos lo teníamos acorralado, estábamos por dejarlo ahí y huir cuando las sirenas de una patrulla nos congelaron el momento. El oficial se bajó y… bueno, de lo demás ni hablar. Yo, apuntándole con un revolver y ella con una navaja, a una persona que a simple vista y en esa situación parecía inocente, no hay mucho de que hablar acerca de la reacción del policía. 

Tomaron las fotos con una placa y nos llevaron a una celda. Todo en un mili cerrar de ojos. Los dos no parábamos de reírnos y los demás prisioneros que estaban cerca nos veían extraño, somos inocentes, pronto saldremos.

Pasaron algunas horas y nada, llamé a Louis para que viniera e hiciera algo. Él dijo que estaría aquí en 20 minutos, bueno creo que más de algo ha pasado que ya pasaron 3 horas y nadie se ha acercado. 

Jugaba con el cabello de ___ mientras ella tenía su cabeza en mis piernas y reposando a lo largo de la banca.

– ¿Cuánto hemos estado aquí? –Dijo ella.

–Tres horas. –le respondí–

–Ah claro, pero cuando Louis necesita un favor, vamos corriendo.

–Es lo mismo que estaba pensando…

– ¿Me cantas algo para pasar el tiempo? –Dijo con una mirada tan hermosa que era inevitable negarlo.

– ¿Aquí? Estamos en plena cárcel.

– No importa, yo pensaré que sólo estamos tu y yo… 

Me acarició las mejillas, algo que detesto y a la vez amo es que haga eso. 

– Está bien, ¿Qué quieres que te cante?

– Cualquier canción.

– No tengo música de fondo…

No es una tipica historia de amor (Niall, Harry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora