Capitulo 74

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–¿Estás bien? –dijo al que parecía ser un encargado del lugar, apenas estaba abriendo los ojos.

–Sí… -tartamudeando-, ¿Qué pasó?

–Vaya, tu novio te golpeó feo. –acomodando algunos hielos en mi frente.

–Ugh… -dije viéndome al espejo que estaba enfrente- tienes razón.

–¿Por qué aún estoy en el suelo? –dije levantándome- ¿cuánto tiempo ha pasado?

–Media hora, desde que no despertabas.

–¿Quedé inconciente? 

–Sí. Pero no te preocupes. Los guardaespaldas se llevaron a tu novio y yo cerré la tienda hasta que despertaras.

–Oh, lo siento de verdad. No quise causar todo esto.

–No importa, no te iba a dejar ahí tirada.

–Eso fue lindo de tu parte. –Dije riendo- Me tengo que ir, tuve que haber regresado a casa hace rato.

–Está bien, ten cuidado.

–Ok, adi… espera… -volteé- ¿Te conozco?

–Creo que sí, pero no te acuerdas.

–¿De verdad? Oh, espera. Déjame adivinar… Hmmm… Ugh… es que, tu cabello me resulta tan familiar.

Le sacudí un poco el cabello, tenía rizos igual a Harry y luego fue ahí donde me acordé quien era, nadie más que yo conozca tiene los rizos iguales a el.

–¡Alfonso! –reaccioné asustándolo un poco.- ¡Claro, eres tú!

–Sí… -rió- 

–Perdóname, hace mucho tiempo que no te veo.

De hecho la última vez que lo ví me parecía demasiado raro e irritante, ahora con el hecho de haberme ayudado con esto ya no resultaba así. Sí no al contrario.

–No importa. –Respondió-, será mejor que te vayas, o tendrás problemas.

–Oh, oh sí… -reaccioné, estaba distraída- Gracias denuevo, hasta luego.

–¡Adios! –dijo de manera muy amable. 

Traté de regresar a casa lo más rápido posible. Cabeza abajo y evitando contacto visual con alguien. Aunque quería evitar verlos a todos los que pasaban, era imposible que no notara que todos se me quedaban viendo mientras caminaba, quizá se debía al ojo morado que me traía. A la esquina de mi casa ví a Harry salir de la misma. Corrí a alcanzarlo pero él entró a su auto. Dio la vuelta y aceleró para irse de ahí, pero no me vió en el camino y casi me atropella, pero afortunadamente pisó el a freno a tiempo y logró parar antes de llevarme por encima con su auto. Se bajó rápidamente.

–¿Tu también quieres matarme? –dije bromeando-

–Claro que no, lo que pasa es que no te ví llegar.

–Lo lamento, me retrasé un poco, ¿no?

–Es Niall, ¿no? Otra vez él.

Bajé la cabeza y sonreí forzadamente. 

–Ven acá… -dijo el extendiendo sus brazos.

-Narrador.

Ella no aguantaba las tremendas ganas de llorar, así que se apresuró a ir a los brazos de Harry y desahogarse en sus hombros, rasgando su camiseta y mojándola con lágrimas. 

Los fotógrafos se escondían entre los árboles cerca del lugar, así que ambos entraron a la casa, Hary cubrió la cara de ___ con su mano derecha y agachó la cabeza.

Al cruzar la puerta ella corrió hacía su habitación, él la siguió y ___ le tiró la puerta en la cara. Después de una hora, ella dijo con la voz muy suave y tímida: 

–¿Sigues ahí?

–Sí… -contestó Harry muy seguro.

–¿Porqué? –Abriendo la puerta

–Por que estás mal, sé que no me necesitas, pero… no voy a abandonarte.

Al cruzar la puerta se encontró a Harry sentado aún lado. Un sentimiento de culpa abarcó todo su cuerpo. 

–Perdóname, ¿me escuchas? Simplemente, no puedo entender lo que está pasando.

–¿Sobre la enfermedad de Niall?

–¿Qué? 

–Lo siento, no-no tuve que decirlo… -dijo Harry tartamudeando y levantándose del suelo.

–No, ya lo sé… hablo de que si… tu lo sabías… ¿desde cuándo?

–No quiero mentirte, pero desde hace meses.

–¿Y porqué nadie en este planeta me había dicho?

–Se supone que nadie lo sabía, sólo yo, Louis y su psiquiatra..y bueno, ahora tú. Pero, no le digas a nadie. Ni a la prensa, nos lo prohibieron.

–¿Con que ojos me ves? Sabes que nunca haría eso.

–Perdón, estoy algo descontrolado.

–Todo es mi culpa, lo siento. 

–No no te culpes, sólo… bueno, tengo que ir a los ensayos, ya sabes. 

–Sí, sí, entiendo.

–Si fuera por mi, me quedaría todo el día contigo… pero con esto de que los productores me tienen harto con mensajes. –viendo su celular- creo que, mejor iré.

–Claro, te veo luego.

–Adios princesa, te amo. –Pensó, pero no lo dijo-.

>Narra ___ 

Después de que el se marchó, todo el hambre que tenía cargando se esfumó, a excepción de la sed de jugo, eso quedó, cuando recordé que había dejado las botellas en la cafetería. No tenía ganas de volver a ese lugar, rodé los ojos y decidí ir al sótano, a veces hay cosas que Mamá compra y ya no caben en la alacena y las envía al sótano, quizá habría algo de tomar.

Sin mentir, el sótano de esta casa es espeluznante, en realidad, toda la casa es espeluznante, pero más… el sótano. Dejando completamente de lado las arañas, la humedad y los ruidos extraños, al entrar ahí se siente una mala vibra, pero ya, no tengo tiempo para pensar en estupideces, tengo sed. 

Buenas noticias, encontré jugo, de Manzana, no es mi favorito pero es jugo y eso es lo que me interesa. Con una silla vieja me apoyé para alcanzarlo ya que estaba en el estante más alto. De un momento a otro, una pata empezó a tambalearse hasta quebrarse y, sí, yo caí, pero en el suelo pude ver un agujero abierto a la fuerza en el suelo. Tocí un poco por el polvo que había levantado y me dirigí hacia el agujero ya mencionado. Unas pocas astillas se introdujeron en mis dedos al intentar quitar una parte de la madera para que se hiciera más grande y, no lo sé, ¿ver que había debajo? 

Lo único que encontré fue una araña enorme que salió disparada haciendo que yo me levantara bruscamente y algunas cosas de los estantes cayeran sobre mí. Tomé la botella que tenía previsto y subí las gradas muy asustada. Luego, me dí cuenta que la botella que había tomado no era la correcta, además, ya había pasado la fecha de caducidad. Regresé corriendo, lo más rápido que pude y tomé la correcta que luego se derramó haciéndome resbalar y caer nuevamente al lado del agujero. “¡Está bien, universo! Veré que hay debajo de esto, no tienes que hacerme caer tanto!” me dije a mi misma y lo hice, seguí quitando madera hasta sólo encontrar tierra, y una orilla de una especie de cuaderno o libreta muy vieja. Ahí fue donde mi nivel de curiosidad llegó al tope y la intenté sacar. Pero… se rompió, O sea, no toda… pero si sólo un poco de la pasta. Me desesperé un poco e hice la tierra a un lado para poder sacarla. Olía muy mal, debió haber estado enterrada ahí por años. Por fín la saqué, la sacudí para quitarle un poco la tierra y con un poco de miedo la abrí lentamente. No era lo que esperaba, pero era algo interesante, todo, absolutamente TODO estaba escrito en algo que parecía idioma árabe. Y en casi la parte de en medio, estaba una hoja suelta la cuál contenía un mapa, lo ví, y me di cuenta que estaba de cabeza, al parecer era una especie de mapa de tesoro.

–Oí ruidos, bajé a ver que pasab… ¿___? ¿¡Qué haces con eso?! –gritó Zayn, al parecer había regresado- ¡Devuélvelo! ¡Nadie lo puede sacar!

No es una tipica historia de amor (Niall, Harry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora