Capitulo 1: 29 de Febrero

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29 Febrero 2032

La casa está en penumbra y el silencio invade cada estancia de no ser por los susurros que Aitana lanza a Laia para que siga sus indicaciones

- Tata, ¿no crees que te estás pasando? Yo creo que le vamos a asustar- la indica al ver la cantidad de globos que ha repartido por la casa así como los conos que pretende que se pongan en la cabeza

- Es el primer año que podemos celebrar su cumpleaños su verdadero día- explica emocionada sacando una pequeña tarta de oreo de la nevera, ya que es la preferida del pequeño

- Yo no me pienso poner esto, es ridículo- responde señalando el gorrito que Aitana ya se ha puesto

- Hazlo por Martín...- insiste poniendo la mejor de sus caras- nadie te va a ver... solo nosotros- indica tendiéndola el gorro

La joven que dejó hace tiempo de ser una niña, suspira y se coloca ese hortera cono repleto de pompones y purpurina con el simple deseo de que su sobrino, al cual ve más como un hermano se despierte con una sonrisa en su cuarto cumpleaños.

Ambas entran con sigilo en la habitación del niño. Los motivos astronómicos son los protagonistas de esa habitación, eso sí, el pequeño tiene reservada una esquina a sus coches, a los cuales cuida con esmero. Aitana entra seguida de Laia que sostiene la tarta, por eso es ella misma la que se sienta en el borde de la cama para empezar a desperezarlo. Introduce sus dedos entre el cuello del pequeño y el peluche al que abraza para dejar leves cosquillas, mientras con la otra mano revuelve sus rizos. Cuando ya ha conseguido levemente despertarlo comienzan a cantarle esa melodía que siempre le hace vestir una sonrisa al saberse protagonista.

- ¿Ves como le ha gustado?- pincha a Laia mientras coge la tarta de sus manos- Piensa un deseo tesoro- le indica acercándola lo suficiente para facilitarle la tarea, pero que no se queme

- Que este año venga papá- pronuncia el pequeño justo antes de soplar las velas con fuerza

Provocando que a ambas chicas se las instale un nudo en el estómago por motivos muy diferentes.

La mente de Aitana viaja a aquel mes de octubre en el que después de llevar ya un mes en el colegio. A la salida Martín le hizo esa pregunta que por primera vez en mucho tiempo, hizo temblar todos sus cimientos

- ¿Yo no tengo papá?- preguntó como si tal cosa en brazos de su madre mientras iban de camino al atelier de Aitana

- Si tienes cielo- responde tras meditar unos segundos su respuesta, pues la verdad nunca esperó que con tan solo dos años Martín ya se hiciera esa pregunta

Aunque no debería sorprenderla, ya que en muchos aspectos siempre le ha recordado a él y él no podía quedarse callado nunca. Eso sumado al 50% de sí misma, que siempre se ha considerado curiosa, no hacía más que acercar el momento de esa pregunta. Pensó en evadir la respuesta o incluso mentir, pero Martín merecía algo mejor pese a ser el recuerdo de lo que ya no era y la huella inevitable que le hacía tan difícil olvidarle.

- Pero tu papá se fue muy lejos, a ayudar a que otros niños que viven en países pobres tengan mejores casas, hospitales y coles tan chulos como el tuyo- se sincera

El pequeño parece sorprenderse ante la confesión de su madre aunque tampoco está muy seguro de entender lo que le ha contado

- ¿Cando vuelve?- pregunta después de un rato en silencio y ya cuando están a punto de llegar

Aitana incapaz de mentir a su hijo, traga saliva con fuerza evitando resolver así una pregunta que Martín se hará muchas veces, ahora que sabe que si tiene un papá.

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