Capitulo 58: Vuelta a casa (II)

3.2K 121 228
                                    

Apenas han tenido tiempo para ellos, pero tampoco les ha importado demasiado. Él, porque se ha visto envuelto en un universo que echaba mucho de menos; ella, porque extrañaba ser espectadora de ciertos momentos. Por eso ahora, no puede más que aguantarse esa risa que parece que hoy lleva tatuada en la cara, mientras el gallego intenta llevar a cabo una rutina que en parte ha cambiado y que le pilla desentrenado

- No papá- le corrige Martín sentado en una de las sillas de la cocina cuando ve que su padre parece ir directo a ese mueble donde siempre han guardado lo necesario para ese biberón de por la noche

- Ya es tu hora enano- le recuerda con una sonrisa- y mientras te lo tomas si quieres, te toco un par de canciones- cede a esa petición que desde que se conocieron su hijo siempre le hace

- Pero ya no tomo biberón- le explica apoyándose en la mesa por tener que explicar a su padre algo tan obvio para él

Luis no puede evitar lanzar una mirada curiosa a una Aitana que lleva toda la cena dejándole a el peso del cuidado de su hijo, que a su vez comparte una mirada divertida con Laia ante la escena que están viviendo

- Luisin, que el niño se nos hace mayor...- termina por arrancarse la chica tendiéndole un pequeño tazón del armario- ya no toma biberón porque eso es de bebés, como el hermano de Alba- se burla parafraseando a su hijo

- ¿Pero no le dije yo que tenía prohibido crecer?- se hace el ofendido

- Es que has tardado mucho- rebate el niño

- En eso tiene razón- apunta Laia defendiendo al más pequeño

- Oye, oye- les llama la atención Luis- que es mi primer día en casa... basta de tanto ataque- se queja

- Pobrecito mío...- murmura Aitana aferrándose a su cintura abrazándose a su espalda, mientras ahora sí, prepara esa leche a su hijo en una taza y no en un biberón

Pero obviamente, introducir ese cambio no iba a ser suficiente. El día era demasiado atípico con la vuelta de Luis, que Martín parecía negarse querer a darlo por finalizado. Por eso, tienen que repetirle tres veces que se lave los dientes y solo cuando Laia accede a lavárselos a la vez que él, el niño parece aceptar la orden consintiendo perder de vista unos minutos a su padre. Padre, que no pierde la oportunidad de recrearse con algún que otro arrumaco con la catalana, en esa breve intimidad que los conceden.

Y es breve, porque ni siquiera les ha dado tiempo a acomodarse del todo entre leves cosquillas por sus brazos, cuando la voz de Martín llama insistentemente al gallego con la risa de Laia como fondo de la petición. Pues parece que el pequeño, no parece estar dispuesto a que sea un cuento el que vele sus sueños, sino que quiere luchar por recuperar esa tradición de una nana en la voz de su padre.

Lo que sí parece cambiar, es el aforo a esa pequeña velada, pues no solo es Aitana la que desde el marco de la puerta se permite el lujo de espiarlos, sino que Laia se niega a perderse tal escena sentada en la alfombra apoyando su espalda en la cama del que es su hermano.

Es una imagen cotidiana: Martín arropado en su cama abrazado a Dino y con una mirada expectante llena de admiración a su padre, que acomodado en la alfombra, empieza a crear acordes en esa guitarra que ahora es de la joven que le observa de frente abrazada a sus propias rodillas. Y es imposible resistirse a esa sonrisa inconsciente que se dibuja en el rostro de la catalana, porque esa imagen, es la definición de hogar, como lo son también esos momentos que ha vivido hoy y que está segura que tan difíciles serán de olvidar...

Los nervios son palpables en el gallego cuando ve alejarse a Aitana hacia la puerta del colegio de su hijo. Pero ambos han hablado cómo querían que fuera ese momento y pese a que la chica le ha repetido cientos de veces que Martín se va a morir de ilusión, Luis no puede evitar que un nudo se instale en su estómago cuando logra distinguir a la catalana con su hijo de la mano dando pequeños saltos intentando no pisar las líneas que forman el pavimento

SaudadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora