Capitulo 57: Vuelta a casa (I)

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Durante esas tres horas de Zabzugu a Tamale ha intentado que aquello no pareciera una despedida. Para ello, ha tirado del humor, esa herramienta que tan bien le ha enseñado a usar su amigo Roi y que le ha permitido no rememorar en ese viaje cada abrazo, lágrima y anécdotas que ha protagonizado sus últimos días en la ONG. Le cuesta pensar que de verdad, la probabilidad de volver a pisar ese suelo sea nula. Y por eso, se esfuerza en retener en su retina ese paisaje, mientras espera ese aviso que le indique que su vuelo a Accra está listo.

Sus nervios están a flor de piel y empieza a sentir ese nervio de las primeras veces. Suena un tanto absurdo, pues no es la primera vez que coge ese avión, ni la primera vez que vuela rumbo a España. Pero sí es la primera vez que dice adiós a Ghana de verdad. La primera vez que se despoja del todo de eso que ha sido su refugio, su burbuja particular, en la que olvidó sus problemas o quizás simplemente los apartó. Pero donde consiguió al fin y al cabo encontrarse de nuevo, aprender a vivir de cero.

Una lágrima rebelde se escapa de sus ojos, justo cuando siente que ese pequeño avión se eleva del suelo. Y tiene que recurrir a esa pulsera que ahora han bautizado que es de la risa, para no desmoronarse por completo. Porque ahora ya, esa pulsera no solo simboliza a Aitana, que es más que motivo suficiente para volver a casa, sino que también implica su familia. Esa familia de la que huyó, aún no sabe exactamente por qué, y que sin embargo, ahora le da la fuerza suficiente para que la nostalgia no sea una mochila demasiado pesada. Porque al contrario de lo que pueda parecer, sin ellos no camina más ligero sino más vacio.

Por eso, intenta disfrutar de las últimas horas en ese país. Una vez que ha dejado su equipaje en esa habitación que siempre parece ser peaje en la ida y vuelta, aprovecha la cobertura que sabe que hay en ese edificio para mandar ese mensaje que simboliza el fin de la cuenta atrás. No espera a leer la respuesta, pues está muy seguro que tipo de mensaje va a recibir y prefiere que sean esas palabras las que custodien sus sueños después de ese último paseo que quiere dar por la ciudad.

La que no está dando un paseo tan agradable es Aitana. Lleva toda la tarde encerrada en el atelier dedicándose a hacer entrevistas a fotógrafos entre los que no ve grandes diferencias y desde luego, no tiene nada clara cuál es la mejor opción. Pero ya han pasado varias semanas y tiene que dejar de pedir favores al mejor amigo de Adrián. Tampoco tiene mucho tiempo ahora para agobiarse con eso, pues su preocupación es llegar al colegio, ya que hoy Martín salía más tarde gracias a que han tenido una salida extraescolar.

Respira más tranquila, cuando al llegar al centro escolar comprueba que el autobús con los niños aún no ha llegado. Y es en ese momento, para amenizar su espera, en el que se permite atender el móvil en el que se han acumulado varias notificaciones, siendo la primera que se apresura a contestar la de él

Luis:
Ya estoy en Accra, un poquito más cerca de volver a casa...
Mañana nos vemos pequeña, no sabes las ganas que tengo de abrazaros
Os quiero 💙

Siente como su estómago da una voltereta y son sus nervios los que la recorren por completo. No puede evitar que un cúmulo de emociones contrapuestas se instale en ella. Sabe que el gallego llega mañana, de hecho, es la guardiana de tal secreto. Es por eso, que desde que conoce la noticia, la ilusión y el miedo conviven en ella.

A pesar de todo, hay una fuerza sobrehumana, que la impide dejar ese mensaje en visto. Esa misma fuerza, que sin ser consciente ha dibujado una sutil sonrisa en sus labios mientras teclea "No sabes lo que me está costando guardarte el secreto Luisito. Yo también te quiero, mucho 💛" no puede evitar matizar, por ese resquicio de culpa que aún habita en ella por el percance con Adrián.

No tiene demasiado tiempo en sumergirse en sus pensamientos, pues apenas se da cuenta que el autobús ha parado frente a ella mientras enviaba ese mensaje. Siendo la mano de su hijo tirando de su chaqueta, la llave de vuelta al presente

SaudadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora