Los pensamientos se amontonan en su cabeza, el corazón parece latir con mayor rapidez y siente estar conduciendo con el piloto automático puesto. Prueba a poner la emisora de radio y así alejar todos los problemas que se empiezan a amontonar en su mente y cuerpo.
Acaba de dejar una reunión sobre el desfile de su nueva temporada a manos de Marta y Agoney, porque la han vuelto a llamar del colegio de Martín y desde luego, se niega a avisar a Luis precisamente hoy que se reunía al fin con Camila. Por otro lado, Laia sigue siendo una preocupación constante y más cuando su ánimo no ha parecido mejorar esta mañana y ha ido al instituto con apenas un vaso de leche bebido gracias a su insistencia. Y por supuesto, también está entre sus preocupaciones ese malestar de su pequeño que va y viene y el cual no acaba de entender.
El traqueteo de sus tacones insonorizan todas esas inquietudes. Finge una sonrisa tranquilizadora cuando la recibe el conserje del colegio y respira hondo antes de dar un par de ligeros golpes en esa puerta decorada con flores debido a la estación del año en la que se encuentran
- Martín, ya está aquí mamá- le avisa su profesora cuando recibe a Aitana
El pequeño que se encontraba algo alejado de sus compañeros no tarda en colgar su baby en su perchero y ponerse su chaqueta de esa peculiar manera que les han enseñado en el colegio, extendiéndolo primero en el suelo. Mientras, la catalana se ha encargado de recuperar la mochila del niño y le espera de cuclillas para refugiarle en sus brazos. Tras una rápida despedida, para no alterar el ritmo de la clase ya están saliendo del centro escolar
- ¿Qué pasa tesoro?- acaricia la cara del pequeño para comprobar su temperatura
- Me duele el oído- se queja llevándose una mano a la oreja
- Vamos a ir al médico ¿vale? Así te cura para que no te duela más días- le explica de camino al coche
- No, al médico, no- se queja revolviéndose entre sus brazos
- Vamos Martín, que sabes que los médicos son buenos- intenta razonar con él mientras le coloca en la silla del coche
- ¿Y papá?- pregunta
- Papá está trabajando, luego te viene a ver y cuando le expliques lo valiente que has sido en el médico se va a poner muy contento- intenta convencerlo
- Pero con dormir un poco se me pasa- responde con picardía
Aitana opta por obviar esa respuesta del niño y con convencimiento conduce hasta el ambulatorio. Quiere convencerse de que el malestar de su hijo no puede ser nada grave, pues parece ser intermitente, pero no está dispuesta a alargar más esa situación.
Entre ligeros lloros y carantoñas varias, Martín aguanta entre los brazos de su madre los minutos que les hacen esperar en la sala de espera. El pediatra escucha atento el relato de Aitana, mientras el niño se entretiene jugando con la media melena de su madre que tiene a su alcance gracias a estar sentado en su regazo.
- ¿Te vienes conmigo campeón?- le pide el doctor extendiendo sus brazos, obteniendo la negativa del pequeño escondiéndose en el cuello de su madre- Bueno pues lo haremos en brazos de mamá- cede
Como buenamente pueden Aitana levanta la camiseta de su hijo para que el pediatra le ausculte. Para ello, improvisan un juego en el que la catalana realiza respiraciones profundas que su hijo no tarda en imitar.
- ¿Dices que no ha tenido fiebre no?- pregunta tras revisar la garganta del niño con ayuda de un palo de madera
- No y tampoco se queja todos los días, aunque ya son tres veces las que le hemos tenido que recoger del colegio- apunta a la par que el médico sigue con la exploración esta vez examinando los oídos del pequeño
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Saudade
FanfictionSegunda parte de "Ohana" Ya han pasado 13 años desde que la vida volvió a dar un vuelco, desde que Laia abandonó ese lugar en el que nunca escogió estar, pero del que no se arrepiente haber vivido. ¿Cómo será su vida ahora? ¿En qué tipo de adolescen...