Capitulo 63: El día más mágico del año

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Gracias a la altura de su padre ha podido disfrutar de la coreografía que marcaban los percusionistas, ver a sus personajes de dibujos favoritos, sorprenderse de la magia que transmiten ciertos animales mitológicos y ganarse un saludo desde las alturas de los Reyes Magos que clausuraban esa cabalgata.

Y es gracias a la estrategia perfeccionada de Laia y Jimena, por lo que han conseguido una cantidad ingente de caramelos, que casualmente no pone demasiado nerviosa a Aitana pese a surtir ese efecto en ella habitualmente cuando ve a su hijo rodeado de chucherías. Por eso, ahora mientras Martín espera en una cola de niños de la mano de Laia y Jimena que son fieles espectadoras de sus aventuras, Aitana se pelea por conseguir alguno de esos caramelos que ahora custodia Luis.

- Va Luis...- le pide poniendo pucheros agarrándose a su jersey por su pechera

- Le has dicho a tu hijo que solo uno después de cenar... ¿quieres saltar tu propia norma?- la pica

- No seas cruel Cep...- ríe Roi al observarlos- además, yo también quiero uno- pide abiertamente ganándose una sonrisa cómplice de la catalana

- Pero tendrás morro...- le increpa Miriam dándole una colleja de regalo por el atrevimiento

- Venga Luis...- vuelve a insistir Aitana acercándose más a la zona del cuello de su chico, sabiendo que es un lugar que empieza a hacer flaquear su voluntad- que Martín no mira...- argumenta

- Tiene tropecientos no los va a echar en falta y estos dos son muy pesados-apoya la propuesta la gallega no sabiendo si son más niños su marido y su cuñada o su sobrino que cada vez está más próximo de conocer a Baltasar

Aprovechando la distracción que supone el inminente encuentro entre el más pequeño de la familia y el Rey Mago y que los tíos orgullosos del niño, empiezan a sacar su móvil. Aitana agradece haber recibido ese caramelo con un suave beso

- Eres lo peor, sabiendo el antojazo de dulce que estoy teniendo por garbancito...- se queja abrazándose a su cuello

- A ti lo que te pasa es que has encontrado la excusa perfecta- ríe antes de robarla un beso antes de arrastrarla cerca de ese escenario al que ya sube las escaleras su hijo

Porque a pesar de lo emocionado que está por conocer en persona a su rey favorito, no puede evitar que cierta inseguridad le invada y solo tenga la valentía para sentarse sobre sus rodillas con su hermana agarrándole de la mano.

Es increíble ver el brillo en los ojos de Martín cuando ese señor le pregunta si ha sido bueno, pero son esos nervios que le atosigan en el estómago, los que hacen que sea incapaz de articular palabra y solo pueda responder con un asentimiento de cabeza. Por eso, tiene que ser Laia, la que tirando de memoria, relate esas tres cosas que el niño ha pedido a los Reyes cuando Baltasar les hace la pregunta. Y solo bajo la promesa de que le dejaran algo dulce y leche les da un cucurucho a cada uno, antes de hacerse una foto que Miriam se encarga de inmortalizar.

Foto, que es la primera que ven Noe y Manu cuando llegan todos a casa muertos de frio. Teniendo de fondo, el relato emocionado de Martín, que explica con todo detalle cómo ha sido esa cabalgata que sus abuelos se han perdido. Mientras el resto de adultos, agradecen ese caldo caliente que Noe había preparado con antelación previendo la temperatura que iban a traer instalada en el cuerpo.

A pesar de ello, todo va en perfecta sintonía hasta que llega un momento crucial en esa noche: escoger el lugar en el que cada uno va a dejar sus zapatos

- Yo en la chimenea- escoge Jimena situando una deportiva blanca en ese lugar

- Ahí se te pueden quemar los regalos- la pica su padre, no siendo muy convincente, pues la joven solo replica sacándole la lengua- yo me pido en el árbol

SaudadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora