Capitulo 9: Perdonar

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Siente haberse quitado un peso de encima al haber confesado a Aitana la verdad. Pero se siente igualmente perdido. Necesita empezar a llevar una vida normal porque pasar las horas encerrado en sus pensamientos sin ninguna ocupación le recuerda una época pasada, una época que le ha llevado a este presente donde ha perdido más que ganado.

Para empezar a asentar su vida, necesita moverse con libertad y por ello es vital hablar con su hermana. Entiende que su presencia de nuevo es complicada, todo esto ha roto los esquemas de todos. Pero no puede esconderse más en un hotel, sino acabará escondiéndose de nuevo en sí mismo o en el peor de los casos en esa versión de sí mismo que se niega a volver a encontrar. Y ahora no puede volver a caer, porque sabe que solo tiene una oportunidad y no está dispuesto a perderlo todo de nuevo. No piensa dejarse vencer y piensa luchar por cada migaja que esté dispuesta a darle Aitana.

Miriam está trabajando y no le coge el teléfono, así que solo le queda probar suerte con Roi. Por eso, pese a su intención de no esconderse, toma la precaución de entrar al restaurante por la puerta de atrás, ya que aun no le han dado permiso para "salir de la cueva".

Una sonrisa inconsciente aparece en sus labios al reconocer la silueta que tiene delante. A ella también la ha echado mucho de menos. Es una hermana más que le ha dado la vida, la que siempre tenía el consejo perfecto, ese que le hubiera venido tan bien y no supo pedir.

- Tu naciste para artista...- susurra al verla bailar al ritmo de "Havana" de Camila Cabello mientras mete una pizza al horno

La voz que irrumpe la estancia la hace saltar sobre si misma, teniendo que mantener el equilibrio para no tirar la bandeja que sostiene entre sus manos. Manos que sienten el roce del gallego cuando se apresura a alcanzarla para que no se la caiga todo

- Cepeda...- susurra al tenerle delante con mueca de autentica perplejidad

- A ti también te he echado de menos- responde él colocando el mechón de pelo que se ha escapado de la coleta de la chica

- ¡Imbécil!- reacciona impulsivamente dándole una sonora bofetada que ni ella misma esperaba, llevándose seguidamente las manos a su boca sorprendida por su propio acto

- La verdad es que me lo merezco- dice llevándose la mano donde ha recibido el golpe- no entiendo como no me la han dado antes...- susurra

- Ay perdón perdón- se arrepiente acercándose de nuevo- dios mío...- dice sujetando su cara- pensé que ya no te iba a ver nunca más...- sigue verbalizando sus pensamientos-espera, ¿cuándo has vuelto? ¿has visto a alguien?

- Calma, Anita...- la pide él enternecido

- ¿Cómo quieres que me calme? Debería matarte...- se queja- un infierno hemos vivido... sobre todo al principio

- Lo sé y lo siento- se disculpa

- ¿Lo sabes?- pregunta incrédula, no concibe que de verdad sea consciente de lo que ella vio sobre todo los primeros meses, esos hasta que nació Martín y aportó luz a la vida de todos

- Me llamó Laia y ya llevo unos días en la ciudad- la explica- también vi a mi hermana y Roi y a... y a Aitana...- consigue decir con algo de dificultad el nombre de la chica

- ¿Cuándo la has visto? Ay mi niña...- se empieza a preocupar

- Tranquila que está bien, acabo de estar con ella- intenta parar su intento de coger el móvil

- Es experta en simular estar bien- responde seria- pero la destrozaste, no sabes cuánto- le culpa

Y su mente viaja años atrás. Desde que se fue Luis la había visto creía que de todas las formas posibles y pensaba que verdaderamente no podría verla peor. Pero aquel día fue diferente, sin duda un punto de inflexión.

SaudadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora