Capitulo 51: Por ti estaré

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La Real Academia española, da dos definiciones de miedo: Sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario y sentimiento de desconfianza que impulsa a creer que ocurrirá un hecho contrario a lo que se desea. Y ahora mismo Aitana, podría ser la personificación de ambas definiciones. Quizás por eso, una vez más no ha podido hacer otra cosa que huir y a pesar de las mil y un reacciones que esperaba el gallego por su parte, la catalana únicamente ha pasado de puntillas por la nueva noticia arrastrándole a esa cena de cumpleaños que finalmente hacen en Madrid, pues la situación con Montse tras enterarse del nuevo estado sentimental de Aitana no propicia fiestas.

Lo cierto, es que la catalana no echa de menos a su madre, cuando al llegar al local donde habían preparado su fiesta "sorpresa" y encuentra a todas y cada una de las personas que son importantes en su actual vida. Los primeros brazos que siente sobre ella, son los de su hijo y no se da cuenta de lo que necesitaba ese abrazo, hasta que no lo tiene encima, pillando desprevenido al pequeño y reteniéndole durante más tiempo de lo esperado. Pero una vez más, eso no llama la atención a los invitados o no al menos al gran grueso de ellos, ya que el vínculo entre madre e hijo es más que patente.

Mientras los empleados de la catalana se apresuran a festejarla y felicitarla, Miriam aprovecha que Noe está pendiente de Jimena y Martín para pillar desprevenido a su hermano

- Ya lo sabe ¿no?- le pregunta tirando de él hacia una esquina del local

- Sí – admite llevando su mirada de nuevo hacia Aitana

- ¿Cómo ha reaccionado?- se preocupa

- No lo sé...- admite confuso- sé que no era el mejor día pero...

- Pero no podías alargarlo más- le hace ver- llevas una semana posponiéndolo porque no te atrevías- razona acariciando su brazo

- Ha sido muy extraño- intenta explicar lo que ha sucedido hace unos minutos

Es un tema que lleva semanas sobre la mesa, un tema que ha intentado posponer o incluso evitar en las muchas llamadas y reuniones que ha tenido. Pero un tema, al que no le ha quedado más remedio que aceptar resignado y que incluso su psicóloga ve con buenos ojos.

El gran problema y el que le tortura día y noche, es decírselo a Aitana y es que la chica no está pasando sus mejores días aunque los disimule de manera excepcional delante de Martín y Laia. Quizás, incluso él tenga la culpa de ese dominio de la catalana para falsear sus emociones ante ellos. Por eso, ha querido buscar el mejor momento. Pero para decir algo que no quieres pronunciar, nunca hay un buen momento. Sin embargo, los días pasan y el límite está cada vez más cerca.

Y ahí se ve, buscando un momento para los dos de donde no lo hay, porque sí. Se había propuesto decírselo cuando comieran juntos hoy, pero las palabras se le atascaron en el momento que volvió a ver la ilusión en la mirada de Aitana, cuando el camarero tal y como le había pedido él mismo con anterioridad, la sacó un pastel con una vela. Y no, no tuvo el valor de apagar ese brillo con la misma facilidad que ella lo hizo con esa vela.

- Es la fiesta sorpresa más rara de la historia- dice entre risas Aitana terminando de subir la cremallera lateral de ese vestido corto negro de estilo lencero

- Tu hazte la sorprendida- la pide el gallego sentado en el borde de la cama- aunque solo sea por Martín, que se cree que el plan nos está saliendo bien- dice con media sonrisa recordando los mil preparativos que ha solventado con ayuda del pequeño

- En realidad no sé que habéis montado pero... entre Roi que fue un poco bocazas y las modistas que no saben no cotillear... - ríe mientras termina de acomodarse frente al espejo

SaudadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora