Capitulo 65: Principios (II)

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Las cosas nunca son como las prevés y desde luego, en los planes de Miriam nunca había estado cuidar casi como si fuera suyo a ese niño que ahora balancea sus piernas nervioso en el asiento de atrás, sin dejar de abrazar esa mochila con forma de pingüino en la que guarda una sorpresa.

Ese niño, que ya desde antes de nacer la hacía estremecer y sonreír casi a partes iguales por lo que significaba. Y que ahora que se permite observarlo con mayor distancia, ve que ya no es ese bebé al que acunaba cuando Aitana escapaba a alguna reunión de trabajo, ni tampoco el que sin apenas vocalizar bien, cuestionaba todo su mundo, especialmente la gran incógnita de él, su padre.

Hoy no puede evitar recordar todo aquello, principalmente porque va a dejar de ser el pequeño de la familia. Aunque también tiene algo de culpa haber sido la encargada de despertarle de sus sueños. Ya que Laia, tuvo que salir tan pronto de casa, que apenas tuvo tiempo de darla un beso y desearla toda la suerte del mundo en esos exámenes que la tienen secuestrada.

No puede evitar sonreír al verle completamente dormido con una pierna fuera de la manta con la pernera levantada, eso sí, Dino inseparable a él, permanece completamente pegado a su regazo

- Bos días...- susurra empezando a dejar caricias por esa pierna desnuda del pequeño mientras se aproxima a dejar varios besos en su mejilla, esos besos que su hermano siempre ha catalogado de abuela- no me remolonees que hay que ir al cole...- explica entre risas al ver como su sobrino empieza a revolverse entre las sábanas pero sin abrir del todo los ojos

- Noooo- se queja dándose la vuelta

- Venga que la tita no se quiere enfadar contigo- responde acariciando su espalda

- Pero no me puedo levantar sin el beso de mamá- improvisa una nueva excusa

- No me seas listillo que no es la primera vez que mamá no está- rebate dejando cosquillas por sus costillas haciendo que instintivamente abra los ojos

- ¿Y dónde está mami?- pregunta de pronto inquieto buscando la mirada de su tía

- ¿Tú te acuerdas que te explicaron que cuando fuera a nacer Lía tenían que ir al hospital?- le recuerda de cuclillas frente a él, obteniendo el gesto afirmativo del niño- Pues esta noche Lía se movía mucho, mucho y han ido al hospital por si a caso era que quería nacer- intenta explicarle sin aventurarse demasiado, pues las últimas noticias que tiene es que Aitana está aún en fase de dilatación

- Pues hay que castigarla- afirma rotundo

- ¿Por qué?- se sorprende tendiéndole la mano para bajar hacia la cocina

- Poque ayer estaba haciendo pupa a mamá y yo la dije que se tenía que portar bien- recuerda- y no me ha obedecido...

- Bueno Martín, pero los bebés no saben... les tenemos que enseñar- resta importancia- primero hay que cuidarles mucho- se autocorrige- y después enseñarles

- Yo la puedo dejar mis colores- se ofrece mientras espera a que su tía le caliente la leche

- Eso está muy bien- responde aguantando la risa- aunque igual es mejor que primero la dejes tus peluches- media acariciando sus rizos para posar frente a él el tazón de leche y las galletas de dinosaurio que tanto le gustan

- ¿Y papi?- pregunta curioso de nuevo cuando se va a comer una de esas galletas con las que suele simular batallas con su padre

- Papá está con mamá, cuidándola- explica

- ¿Y van a tardar mucho en venir a casa?- verbaliza algo inquieto

Pues si bien es verdad que le han avisado que todas esas cosas iban a pasar, no era hoy cuando marcaba el calendario. Por eso, no puede evitar cierto desagrado porque ciertos planes queden pospuestos. ¿Por qué solo quedan pospuestos no?

SaudadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora