5 meses más tarde
A sus 43 años, jamás había experimentado las sensaciones que recorren ese cuerpo de 1,83 centímetros de altura, mientras avanza por ese frío pasillo de hospital.
La incertidumbre pasea por su cabeza; el sentido de la responsabilidad, pesa sobre sus hombros; la ilusión, recorre su estómago; y una calma extraña permanece instalada en su alma, una calma, que solo indica que todo ha acabado o simplemente que acaba de empezar.
Pero todas esas sensaciones se evaporan, o simplemente enmudecen, cuando abre con sigilo la puerta de esa habitación: 723. Sus labios se ensanchan inconscientemente y su mirada se agua, fruto de la emoción que le produce la imagen de Aitana totalmente enfrascada en su hija, que parece que por fin se ha enganchado a su pecho
- Os observaría así, siempre- susurra al entrar
Son ahora los labios de Aitana los que sonríen cuando desvía la vista de Lía, para darse cuenta de que el gallego no viene solo, sino acompañado de un enorme oso de peluche que casi lucha por superar su estatura
- ¿De dónde has sacado eso?- ríe ante la estampa- ibas solo a comer algo- le recuerda
- Y he comido un pincho, pero como sabía que al subir esta campeona- dice acercándose a ellas- iba a conseguir engancharse al pecho, decidí subirla un premio- se excusa
- ¿No le había más grande?- se burla alargando su cabeza para pedirle sutilmente un beso
- Creo que no- admite antes de cumplir su petición sentándose al filo de la cama para no perder detalle de ese fenómeno que le parece tan increíble- cuando termine- argumenta dirigiendo su vista a ese bebé que le parece perfecto- deberías descansar un poco- la aconseja por el cansancio que debe tener acumulado aunque su rostro luminoso quiera transmitir lo contrario
- Estás loco si piensas que voy a ser capaz de cerrar los ojos y perderla de vista- argumenta mientras supervisa que la pequeña no deje de succionar
- Has sido muy valiente...- susurra apoyando su frente en ella- estoy muy orgulloso de ti- finaliza dejando un beso más en su mejilla para seguir contemplando a su hija desde el hueco de su hombro
- Siento mucho que no haya sido cómo queríamos- se disculpa con un hilo de voz, porque aunque sabe que hay muchas cosas que escapan de su control, no puede dejar de cargarse de la responsabilidad de muchas otras
- Aitana- llama su atención, haciendo que sus miradas se crucen- lo único que me importaba y me importa, es que estéis las dos bien- expone con una sinceridad desbordante- Pasé mucho miedo- confiesa
No está siendo un día fácil, las molestias se suceden y aunque Aitana quiere evitar verbalizarlo, hay un pensamiento que se repite: es el día. Lo sabe, reconoce las sensaciones, pero es un día que no toca y eso la tortura aún más. No es demasiado pronto, pero aun le faltan un par de semanas para salir de cuentas. Por eso, intenta mantener bajo control todo lo posible la situación para evitar que los imprevistos se sucedan. Es por ello, que mientras Luis se encarga de la cena de Martín, Aitana revisa por tercera vez en el día esa bolsa que ya lleva semanas preparadas por si tienen que ir camino al hospital
- Martín, dile a mamá que tiene todo lo que necesita que a mí no me hace caso- se burla de ella el gallego desde el marco de la puerta
- Que gracioso- responde con hastío sentándose en el borde de la cama manteniendo una de sus manos en la zona baja de su espalda
- ¿Te hace daño la tata?- pregunta algo preocupado al ver el gesto algo serio de su madre
- Creo que quiere conocerte ya- se excusa forzando una sonrisa

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Saudade
ФанфикSegunda parte de "Ohana" Ya han pasado 13 años desde que la vida volvió a dar un vuelco, desde que Laia abandonó ese lugar en el que nunca escogió estar, pero del que no se arrepiente haber vivido. ¿Cómo será su vida ahora? ¿En qué tipo de adolescen...