Capitulo 43: Buenas vibraciones

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Cuanto más deprisa más despacio, ya lo dice el refrán y parece que no se puede adaptar más a su día a día.

No le sobraba demasiado tiempo después de salir de la consulta con su psicóloga, pero ha sido incapaz de no conceder unos minutos a tomar un café con Blanca ya que parece
que no está atravesando una buena racha con su chico.

Es por eso, que llega a casa de la catalana con el tiempo mucho más pegado a su espalda de lo que inicialmente previno, pero al menos, se había planificado con Laia para ganar tiempo.

- Te he dejado el traje en la habitación de invitados- le señala Laia ya peinada y maquillada ligeramente, mientras cambia de ropa a Martín en mitad del salón

- Aitana os mata como dejéis eso por ahí- advierte saludándoles con rapidez dispuesto a subir a la planta superior para cambiarse

- Ya lo sé- suspira cansada la joven- pero no quería dejar de ver los dibujos- se justifica

- ¡Martín, no me quiero enfadar ehh!-grita desde el piso superior para que el niño haga caso de las indicaciones de la mayor

Aunque no puede culpar a su hijo de esa rebeldía al vestirse. Pues a él tampoco le agrada demasiado tener que enfundarse de nuevo en un traje, ese que ha sido su traje de diario
durante varios años y que le llevan al preludio de su peor momento. Pero ella merece que vista acorde a la ocasión y no con el vaquero y la básica que le apetece.

Algo resignado y tras una rápida ducha, se enfunda en ese traje perfectamente planchado que
esta mañana recogió de la tintorería y se lo dio a su hermana, para que se lo acercara a casa de Aitana y así amortizar los tiempos. Su sorpresa llega cuando al acomodarse la chaqueta nota un pequeño bulto en el bolsillo. Algo confuso saca de este un pequeño ¿mando? Y una nota...

"Sé que ponerte un traje no es nada agradable para ti, a pesar de que puedan resultar unas vistas maravillosas. Por eso te dejo este pequeño regalo, quizás cambie tu recuerdo de esta prenda y quizás te lo haga pasar un poco mejor... ¿Sabes qué es? Si no, pronto lo descubrirás,
pero úsalo con cuidado...
                     Un beso Pedrito, Aitana"

Aun sin tener del todo claro que es lo que Aitana le ha dado, aunque sí con ligeras sospechas que borra con rapidez, pues le parece una locura demasiado grande hasta para ella... Se toma unos segundos frente al espejo para domar sus rizos antes de bajar de nuevo y cruzarse en las escaleras con Laia

- Ya está vestido y yo me visto en un minuto- le indica apurada

- Vuela- la pide- mientras, recojo el estropicio que habéis dejado- responde terminando de bajar los últimos peldaños- y tu bicho- advierte a su hijo- más te vale portarte bien en el desfile o mamá se va a poner muy triste- le intenta explicar

Por suerte y gracias a su compenetración en pocos minutos ya están los tres junto con Samuel
en el coche camino al desfile, con varios mensajes de Miriam que les mete prisa pues Aitana se está empezando a poner nerviosa al no ver a Martín por allí. La buena fluencia de tráfico y la buena previsión de Marta que les ha reservado un aparcamiento, hacen que la demora no se le haga demasiado larga.

- ¡Ay! que está ahí Cami- señala Laia algo nerviosa, apretando el brazo al gallego al ver a la cantante atender a algún medio de prensa que ha acudido a cubrir el evento

- Luego te la presento, pero tira para allá que vosotros por esta zona no tenéis que estar no os vayan a sacar alguna foto- responde algo nervioso

- Sí claro, como si nosotros les interesásemos mucho...- murmura algo decepcionada por perder de vista a una de sus cantantes favoritas

Pocos pasos más tienen que dar, para llegar a la puerta de acceso al backstage y encontrarse con Marta que carpeta en mano y enfundada en un conjunto de chaqueta y falda-pantalón metalizado, se encarga de que todo esté bajo control

SaudadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora