Capitulo 39: Nueva burbuja

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Tras la sorpresa y euforia inicial, todo parece volver a su calma natural. Jimena ha tomado asiento cerca de su abuelo, para que este compruebe con orgullo su destreza con la guitarra. Por su parte, Martín no ha tardado en acaparar la atención de su padre y abuela intentando convencerles para que le dejen subir a la terraza a ver las estrellas con el telescopio que aún conservan. Y mientras Aitana, observa esa estampa que aunque conmovedora, no deja de resultarla algo ajena. Preguntándose o más bien recordando, por qué leches se dejó convencer por Luis de ir ese fin de semana a Galicia.

- Si quieres puedes ir a ponerte cómoda, todo sigue igual- la ofrece Noe al verla un poco desubicada

- Ya bueno... es que... - responde con duda- no sé cuál es mi habitación esta vez- termina por decir

Y es que, siempre que ha visitado esa casa, terminaba ocupando la que era la habitación de Luis. Precisamente por eso, llegó un punto en el que no lo pudo soportar y delegó en Miriam para que su hijo hiciera esas visitas a sus abuelos.

- Ay claro- se da cuenta la mujer- este zarrapastrón en su habitación, Jimena puede dormir en la de su madre...- enumera- puedes dormir con el nene en la de invitados- señala- habitualmente es donde duerme él con Laia- recuerda

- Perfecto- agradece con una sonrisa dispuesta a subir el equipaje

- ¿Pero tú no decías que no querías que se acostumbre a dormir con gente?- las interrumpe Luis cuando Martín le abandona porque decide que es mucho más interesante la conversación musical de su abuelo y su prima

- Ya bueno Luis, pero son solo dos días...- resta importancia

- Y no voy a dejar que duerma en el sofá- reniega la mujer

- No me refería...- intenta explicarse el gallego, pero se ve rápidamente interrumpido

- Duermo con Martín- sentencia con rapidez- que además, en el fondo me gusta más a mí que a él que se acurruque a mi lado- explica antes de lanzar una mirada acusadora al gallego y subir a la primera planta

Cuando está terminando de cerrar la maleta de nuevo, después de haber acomodado toda la ropa que de seguro la sobra para más de un fin de semana... siente como unos brazos la rodean por la espalda, unos que conoce bien y que la hacen sonreír ampliamente. Perpetuando aún más esa sonrisa cuando unos labios posan un beso en la desnudez de su hombro provocado por la caída de su jersey

- ¿Has llamado a Laia?- pregunta muy cerca de su oído sin despegarse de ella

- Les hice video-llamada- aclara provocando una ligera carcajada en Luis- seré paranoica, pero están solos en casa y me da miedo que a Samuel se le vaya la pinza o le entre mono de algo, yo que sé...- admite con la voz temblorosa

- Van a estar bien- asegura haciéndola girar para que le mire de frente- Iván está al tanto de la situación, en su actual trabajo lidia con situaciones así- la recuerda- dejé su número a Laia- la tranquiliza

- No puedo evitar preocuparme- admite sin mirarle a la cara haciendo pequeños círculos con sus dedos sobre el tejido del jersey del chico

- ¿A mi sabes lo que me preocupa?- pregunta levantando su vista haciendo lo propio con su barbilla con ayuda de su dedo índice- que esos dos van a follar más que nosotros- dice riendo consiguiendo destensar a la catalana

- Eres idiota Luis- ríe empujándole

- Tenía que intentarlo....- admite resignado

- Dijimos que poco a poco- le recuerda- y manteniendo al margen a todos, sobre todo a los niños- se mantiene firme sacando una fuerza de voluntad envidiable cuando el gallego fuerza unos pucheros

SaudadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora