ME VOY A COMPRAR

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Después de cenar fueron todos a los sofás reposando la comida en lo que pensaban qué hacer... a excepción de la rubia, que no pensaba en otra cosa que relajar su semblante ante las traviesamente relajadas manos que acariciaban lenta y dulcemente sus muslos subidos a aquel regazo mientras la castaña, sentada a su lado seguía charlando con el resto.

—¿Qué tal un just dance? —preguntó Rosé, enérgicamente.

—Uno: acabamos de comer. Dos: ¿es qué no te ha bastado con todos los bailes que hemos hecho antes? La única que quiere jugar a eso eres tú, Chaeyoung —respondió Jisoo riendo. Rosé sólo se la quedó mirando en silencio, entrecerrando los ojos. Jisoo por un momento agradeció estar en el sofá frente al de ella y no a su lado.

—Uno: tú no quieres jugar porque todo el rato te estuve ganando. Dos: no me llames Chaeyoung, no me gusta.

Jisoo sonrió ladinamente.

—Entonces... ¿qué tal Chae? —Negó con la cabeza, frunciendo el ceño—. ¿Por qué no te gusta que te llamen Chaeyoung, Chae?

—Eso es porque así le llama mamá cuando va a regañarla —dijo Jimin riendo. Al instante se llevó un golpe en la cabeza por parte de su hermana—. Perdón.

—Que interesante, Chae.

—Oye, Jennie... ¿le puedes decir a tu prima que no me llame así? —Jennie ladeó la cabeza, señalándose a sí misma—. Sí, te estoy hablando a ti.

—¿Qué quieres que haga yo? Su boca es suya y yo no puedo obligarla a que no te diga así... Chae.

Todos comenzaron a reír, Rosé apretando los puños y mirando amenazante a la pelinegra que fue la causante de las risas.

—Vamos, Rosé no te enfades, sólo estaba bromeando. Además, seguro que Jisoo te ha puesto ese apodo de cariño. A ella le gusta eso de ir apodando a la gente —explicó Jennie, la pelirosa rodando los ojos. Miró por última vez a la pelinegra, que le guiñó un ojo sonriéndole socarronamente.

—¿Os apetece echar unas rimas y hacemos tiempo para jugar a otra cosa? Yo he traído unos cuantos juegos de casa que están bien... —preguntó Bambam tímidamente, mirando a Mino y a Jennie.

—Vale... de acuerdo. Me gusta la propuesta —respondió Mino—. ¿Qué os parece? —Todos asintieron—. Perfecto, ¿Jen, cómo hacemos las rimas?

—Humm... antes de nada, con alcohol, por favor —sonrió ladinamente. Ella misma se sorprendió de lo extrañamente gentil que se estaba comportando con una chica cuando después de un "ahora vuelvo, bebé", susurrado con una seductora delicadeza acompañada de un par de besitos tras la oreja y unas palmaditas en los muslos, los apartó cuidadosamente poniéndose de pie y viendo la sonrisita que portaba la rubia en su rostro ruborizado.

Acompañada de su amiga pelirosa y Bambam, los tres regresaron de la cocina con multitud de vasos y bebidas, algunas sin alcohol para combinarlas con las primeras, el hielo de la cubitera refrescando el líquido que bajaba sin timidez por aquellas sedientas gargantas juveniles. Lisa iba a servirse un trago cuando la mayor no se lo permitió, ofreciéndole compartir el suyo y posicionándola como la tenía anteriormente.

—Bien... ahora que ya tengo bastante combustible y para hacerlo más temático, ¿qué os parece si proponemos una frase inicial con la que deberán comenzar las rimas? —Bambam y Mino asintieron—. ¿Alguna sugerencia? —El salón se quedó en silencio unos instantes, todos pensando algún tema.

—¿Qué tal algo como... lo que desearíais obtener, o comprar? —propuso Lisa.

—Me gusta tu idea, pues vamos a hacer algo... —Miró a Bam y a Mino, ambos prestándole atención—. Cada uno hace tres frases empezando con "me voy a comprar", o variaciones, ¿sí? —Asintieron—. Vale, inicio yo —Le hizo una señal a Jimin, este poniéndose a hacer un ritmo constante a base de beat box.

Última RimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora