VENGANZAS

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—Bambam, ¿te espero para ir a la mesa? —preguntó Mino, bandeja en mano.

—No hace falta, ahora iré. Gracias —respondió. El rubio asintió girándose para marchar hacia la mesa donde estaban los demás.

—Ahora es el momento adecuado... ¿vamos? —preguntó Bobby, Jackson asintiendo. Ambos emprendieron camino a donde estaba Bambam de cara al mostrador, hablándole a la mujer que le estaba sirviendo la comida amablemente. De repente sintió un líquido sumamente frío caerle desde la cabeza, dejándolo empapado y congelado. Se dio la vuelta, viendo la sonrisa socarrona de Bobby y la mueca de enfado por parte de Jackson. Paseó sus ojos por el gran salón, viendo los rostros de estupefacción y silencio de todos aquellos sujetos hasta que aterrizó en aquellos ojos felinos acompañados por la confusión de aquel ceño fruncido que pasó a ser de mosqueo, él negando sutilmente con la cabeza mientras la otra no hacía caso, levantándose de su silla.

—¡¿Qué te pasa, te has quedado helado puto traidor de mierda?! Ahora te vas a enterar de lo que es bueno, hijo de puta —gritó Jackson frente a él, dándole semejante empujón que arrojó su bandeja al suelo. Le dio otro, tirándolo con fuerza contra la pared, este, cayendo al suelo junto con un quejido de dolor.

—¡Levántate, joder! —Sujetándolo por el cuello de la camisa lo levantó.

—Suéltame, Jackson... por favor, ya os he dejado tranquilos y ya te pedí perdón, joder —Intentaba forcejear en vano, el otro superándolo en fuerza.

—¡Me importa una mierda! ¿Qué pasa, ahora vas con esos putos subnormales? —espetó, zarandeándolo bruscamente.

—Sí, ahora va conmigo... así que suéltalo de una vez y déjalo en paz —Soltando una carcajada dejó caer aquel tembloroso cuerpo de vuelta al suelo, girándose hacia aquella voz femenina con aires de cabreo, omitiendo la presencia del anterior por completo.

—Tú a mí no me dices lo que tengo que hacer... puta asquerosa... —dijo en un gruñido, acercándose amenazante a la que no retrocedió ni un centímetro, alzando una ceja.

—Vaya... te noto un poco enfadado. Dime, ¿es que no te cansas de hacer el gilipollas por ahí o qué? Porque de verdad que no te entiendo, ¿después que lo excluyes como a una mierda de tu grupo de chimpancés arcaicos y ves cómo se lo pasa mejor con otras personas, ahora quieres reclamarle no sé qué por tus putas frustraciones de acomplejado mental? —continuó con una sonrisita burlona al ver como el otro apretaba sus puños y dientes, enfadado—. Vamos, hombre, admítelo... en el fondo lo que te cabrea más es que se esté ajuntando conmigo, porque no has podido derrocarme con tus mierdas de jugarretas... porque te sientes amenazado por mi presencia desde que llegué aquí, ¿me equivoco, pequeñín?

—Venga ya, Bambam, ¿es que no sabes defenderte tú solito, que tiene que venir esta payasa a hacerlo? —comenzó a reír Bobby. Jackson le lanzó una mirada, haciéndolo callar de inmediato.

—¿Yo, amenazado por ti...? Mira, si te quieres un poco, mejor vete de aquí ahora mismo antes de que haga lo que se me está pasando por la cabeza...

—Lis, ¿ya tienes bañador para la fiesta? —preguntó Jisoo yendo al comedor junto a la rubia, que asintió.

—Por supuesto.

—Estoy emocionada.

—¿Por qué?

—Porque a diferencia de ti, yo nunca he estado en una fiesta con Jen... —Lisa apartó ligeramente la mirada, acordándose de lo que ocurrió en aquella fiesta. A pocos pasos del comedor, escucharon un buen bullicio. En cuanto se adentraron, había un tumulto de gente alrededor de algo. Se miraron extrañadas, metiéndose entre la gente con intenciones de terminar lo que fuera que había allí en medio. Sus ojos estuvieron a punto de salir de órbita cuando vio a la castaña y a su pareja encarados.

Última RimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora