—Mami, Liz, ¡¿vieron lo que hizo ese mago?! ¡Fue increíble! —habló, Ella, emocionada.
Desde los mismos hombros donde iba, cargada, escuchó a su madre responderle—: sí, mi princesita, claro que lo vimos.
—¿Y qué me dices del que empezó a levitar, cielito? —añadió, Lisa, que seguía sujeta de la mano de la castaña.
—¡Es verdad, fue súper mágico! —respondió, las tres camino al coche, el cielo anocheciendo ya después de un largo día lleno de grandes emociones y momentos varios. Jennie pudo recomponerse fácilmente al ver a su hija sonreír tanto y dar saltitos de emoción cada vez que veía artilugios extraños o un pequeño número de magia, pero, igualmente la espinita de todo lo que les había dicho esa misteriosa mujer, seguía clavada en su cabeza.
Llegaron al coche, la vuelta fue más tranquila que la ida, pues cuando se quisieron dar cuenta, la voz cantante quedó rendida en los asientos de atrás. Para cuando llegaron a casa de Lisa, la pequeña ya había recargado pilas suficientes para seguir activa junto a las dos jóvenes. Entre risas, se adentraron al amplio salón, viendo a la menor de las Manoban, recibirlas, entusiasmada.
—¡Por fin habéis llegado! —Su aliento se esfumó en el aire cuando vio a Ella—. Es... Es... ¡Aish, que cosita más linda! —soltó, haciendo reír a las dos mayores, Ella, sin comprender—. No sabes las ganas que tenía de conocerte, Ella.
—Gracias, esto... ¿Quién eres?
—Ella es mi...
—¡Soy tu tía Freya! O... Algo así, soy la hermana menor de Lisa, encantada... —La abrazó con fuerza, Ella, quejándose del exceso de esta, entre risas—. En fin, llámame tía Freya, ¿de acuerdo?
—Está bien, tía Freya... —contestó, inmediatamente.
—¡Ah, qué inteligente eres, pequeña, me encanta!
—Mami... Tengo un poco de hambre, ¿qué cenaremos?
—Lisa y yo, haremos pizza.
—¡Bien! Hace mucho tiempo que no como, mama o papá casi siempre cocinan, y cuando salimos, nunca vamos a ninguna pizzería, siempre son lugares más saludables, como dicen ellos.
—Bueno, entonces, hoy estás de suerte —dijo, Lisa.
—No sé yo, dejando la cena en manos de dos desastres en la cocina, como vosotras dos... De ahí puede salir cualquier cosa, excepto una pizza comestible —Rio.
—¿Puedes dejar de decir tantas tonterías, querida hermanita? Hemos estado buscando recetas por internet para cocinar una pizza deliciosa, ¿te queda claro?
—¿Entonces deberíamos buscar el número de los bomberos, por si se quema la cocina o algo? —preguntó, Ella, preocupada. Freya, estalló a carcajada limpia.
—Y encima tiene un buen sentido del humor, ¡amo a mi sobrina! —dijo, contagiándole finalmente la risa a esta misma—. Vamos, cariño, te enseñaré la casa e iremos viendo algo en la tele de mi habitación mientras ellas intentan realizar la misión imposible, porque, seguro... Esto irá para largo —Asintió. Freya se la llevó junto a ella.
—Que graciositas, como salgan buenas no van a comer —espetó, Jennie, que caminaba tras la rubia, de camino a la cocina.
—¿Tú también estás dando por hecho que quedarán malas?
—No, mi reina, quería decir que quedarán exquisitas... —Tragó en seco—. ¿Cómo se llamaba la página que habíamos encontrado? —Lisa rodó los ojos—. Pero no te pongas así —Rio—. Aquí está, vamos, tenemos que hacer la masa.
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Última Rima
FanfictionTodos son distintos, se comportan diferente, pero tienen algo que los relaciona, une y separa... La música... Personajes sacados del mundo Kpop. Los relatos redactados en esta historia son totalmente ficticios, por lo que no buscan ofender a nadi...