DEBERES

560 66 12
                                    

     —¿Por qué Lis no ha venido a comer con nosotras? —preguntó, Nayeon, sentada en su silla particular, cual presidenta del club de periodismo.

—No lo sé, quizá no se encuentre bien —respondió, Jisoo, dándole un bocado a su comida.

—¿Lalisa Manoban, la alumna ejemplar y presidenta del consejo que siempre cumple con sus deberes, encontrándose mal y faltando a nuestros viernes de comida en mi imperio del chisme? —Se miraron sospechosamente, negando con la cabeza—. No me cuadra.

—Tienes razón, debe estar en su despacho, vamos a visitarla, aquí hay gato encerrado.

Dejando la comida a medias sobre la mesa, salieron escopeteadas camino a donde se encontraba su amiga. Llamaron a la puerta un par de veces, escuchando tras varios segundos de silencio la voz de la presidenta responder a sus llamados—: ¿Quién es?

—Somos nosotras, Lis —respondió, Nayeon—. ¿Podemos pasar?

—Por supuesto, pasad, chicas...

Abrieron la puerta, extrañándose de ver desorden en la mesa de alguien tan organizada como Lisa. Un montón de hojas estaban desparramadas, apartadas a un lado, el blanco de los folios haciendo contraste con el ligero rubor de su rostro, algo nervioso.

—Hola, Lis... ¿Cómo es que no has venido a comer con nosotras? ¿Estás muy ocupada?

—Un poco, he dejado cosas por hacer y necesito adelantarlas lo antes posible, por eso me he quedado a comer aquí... —Suspiró densamente, casi hiperventilando mientras estiraba las manos para reordenar los documentos.

Estas dos se miraron extrañadas por ese comportamiento tan raro.

—Ya, esto... Estás acompañada por lo que veo, ¿no? —preguntó, Nayeon, modo detective, observando detalladamente los dos recipientes de comida, aun calientes. La reacción de la cuestionada terminó por confirmarles la pregunta—. ¿Quién estaba contigo? Porque está claro que ya no hay nadie...

Lisa iba a responder, pero se vio interrumpida por el sobresalto que sufrió, removiéndose tensamente en su silla, pareciendo reprimirse de algo al apretar los labios.

—¿Te encuentras bien? No hace tanto calor...

—¡Sí, sí! Estoy... Estoy perfectamente bien solo que, queda tan poco para los exámenes y tengo tantos deberes como presidenta que estoy un poco estresada estos días... —Las otras dos asintieron, presuntamente convencidas

—Claro. Pues entonces mejor nos iremos para no distraerte. Nos vemos luego —dijo, Jisoo, apunto de marcharse.

—Está bien. Por cierto, Jisoo, acuérdate que más tarde, nos reuniremos con los miembros del consejo escolar de la otra preparatoria para terminar de cuadrar las actividades extras en conjunto, durante las vacaciones.

La pelinegra asintió, acabando de cerrar la puerta tras Nayeon.

—Estaba rara... —concluyó, Nayeon, ambas asintiendo ladinamente—. En fin, volvamos...

En cuanto vio cerrarse la puerta, Lisa espero unos segundos antes de soltar el gemido que estaba aguantando por culpa de la risita que resonó bajo la mesa tras percatarse del escalofrío que recorrió la espalda de la menor.

—En serio, Jennie, no te soporto... ¿Es que no podías dejar quieta la lengüita y los dichosos dedos hasta que se marcharan? —espetó, jadeando—. Seguro que se han dado cuenta.

—Qué va, para nada... —respondió, saliendo tranquilamente de la parte inferior del escritorio—. No había nada sospechoso... —rectificó cuando vio el rostro colorado de su pareja—. Bueno, quizá tu cara si sea un poco reveladora, pero no pasa nada, ya está empezando a hacer calor —Rio, llevándose un golpe en el brazo.

Última RimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora