CONSECUENCIAS (1/5)

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Poco a poco, el lento tacto de la suave mano que acariciaba su mejilla se hizo más notorio, empujándola a abrir los ojos con pesadez ante el brillo que se adentraba por la ventana. Su sonrisa se formó directamente tras ver la ternura con que la miraban esos ojitos felinos, lúcidos igual que los de ella, que también se achicaron mientras aquella mano tímida quedaba fija en su abultada mejilla.

—¿Algún día lograré despertarme antes que tú? ¿Cómo lo haces? —preguntó Lisa sin dejar de mirarla directo a sus obsidianas menos opacas.

—Humm... antes de nada, ¿qué tal un buenos días, bebé?

—Buenos días a ti también... ¿sabes? No me acostumbro a despertarme y tenerte aun a mi lado en la cama... no sé, creo... creo que es algo bonito. Digo, despertarme y ver a Jennie Kim acariciándome y sonriéndome así después de haber pasado una noche tan mágica junto a ella... pienso que es algo simple pero complejo viniendo de ti, algo que cualquiera no podría experimentar, ¿no es así?

—No, no te equivocas, Lisa. Pero... ¿d-de verdad sentiste eso anoche?

—De veras —respondió la rubia, sonriéndole a la que se mostró tímida unos instantes.

—Esto... ¿y alguna vez te habían hecho sentir así? —Jennie se sintió algo celosa al verla asentir, borrando su sonrisa de sopetón.

—Aquella noche en el hospital, también fue hermosa junto a ti, pero no como lo de anoche. Esta vez fue algo... vaya, n-no tengo palabras. Si eso es hacer el amor entonces puedo decirte que no me cansaría de hacerlo contigo, Jen... —Suspiró de alivio apartando y cerrando los ojos para que no se notara demasiado la emoción que le provocaron esas sencillas palabras. Aun así, Lisa se percató del acelerón que dio el pecho desnudo que estaba bajo el de ella; la calidez que estaba recibiendo de esos nerviosos latidos bajo los suyos igual de alocados la hicieron sonrojarse, así que decidió esconder su rojizo rostro en el cuello de la mayor, que luchaba por mantener el ritmo de su respiración.

De momento, una vocecita a su oído la hizo salir un poco de sus recuerdos recientes en esas mismas cobijas—: seguro debes notarlo... ¿late demasiado rápido, no? —preguntó en un respiro la de ojos negros, aun sin abrirlos.

—Sí, bastante.

—Ya veo... el tuyo también late a ese ritmo... y tu respiración está desacompasada, lo puedo notar... dime, ¿qué crees que significa eso?

—¿Qué significa para ti, Jennie? —Alzó el rostro, coincidiendo silenciosamente con su mirada. Ninguna respondió a la pregunta de la otra con palabras, pero el brillo en sus ojos lo reveló todo. La castaña se acercó a darle un casto beso a la que acunó sus mejillas, separándose ligeramente unos segundos.

—Sinceramente no sé exactamente qué respuesta darte a esa pregunta, solo sé dos cosas al respecto...

—¿Cuáles?

—Debo admitir que... que no se siente tan mal como pensé, pero me siento... m-me siento algo rara . Y me gusta no ser la única que lo siente.

—¿Y la segunda?

—Pues... al mismo tiempo pienso que no me gusta que me veas así, tan... tan... cursi, blanducha...

—Es decir... ¿tan tú?

—Oye... cierra el pico, o...

—¿O qué?

—No me provoques, Lisa... —La mencionada no retrocedió tras escuchar el tono que adquirió el ceño fruncido de la mayor.

—Solamente he dicho la verdad, creo que esta eres tú pero no quieres admitirlo del todo.

Última RimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora