TEMA ZANJADO

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Hyo-Jong terminó de ponerse los zapatos, miró el reloj y pensó que igual ya era hora de despertar a su estimada compañera de dormitorio. Llamó varias veces a su puerta, no hubo respuesta alguna así que se atrevió incluso a abrir pero no había nadie sobre la cama bastante desarreglada. Justo iba a tocar la puerta del baño, esta abriéndose con un par de pícaras sonrisas, la menor de ambas cortándose de sopetón al ver la seriedad en su cara tan de cerca.

—Buenos días, Hyo-Jong —saludó Jennie, pasando frente a él junto a Lisa, que caminó rápidamente hasta su cuarto.

El tutor se quedó hecho un pasmarote en la sala de estar, viendo minutos después como Jennie despedía a Lisa en la puerta de la cabaña, de la manera más cariñosa e indisimulada posible.

La castaña se dejó caer desplomada en el sofá, sentándose al lado de este—: santo cielo, los mañaneros con un buen amanecer de fondo son lo mejor, amigo mío... —soltó, suspirando fascinada, con los ojos cerrados pareciendo recordar algo que no la dejaba parar de sonreír.

—¿Cómo puedes ser tan descarada, Kim?

—¿Qué pasa?

—Está prohibido que haya alumnos en cabañas ajenas más allá del toque de queda, y estoy seguro de que Manoban se ha quedado aquí a dormir, Hyuna me dijo anoche que no estaba en su dormitorio con las demás, y resulta que estaba aquí, contigo, y encima seguro que ustedes dos... En fin. Te la dejo pasar esta vez pero...

—Un momento amigo, ¿si Hyuna te eso anoche, quiere decir que no estuviste aquí? Porque si mal no recuerdo, cuando nosotras dos llegamos, no había nadie, y no escuché la puerta de la cabaña en toda la noche, ¿dónde estuviste, compañero? —preguntó, girando totalmente la situación.

Como si hubieran dado justo en el clavo, el mayor la miró en total silencio, sabiendo que había acertado aun sin afirmar ninguna suposición.

—No me importa si anoche también estuviste con la señorita Hyuna, pero te recuerdo que sumando esta serían dos en el marcador, así que, restando la mía, me sigues debiendo una... —argumentó astutamente, sonriendo victoriosamente frente a la confusión que tenía el otro incrustada en el rostro—. Bueno, ¿qué te parece si vamos a desayunar? Mi estómago me está rogando que le lance algo, es lo malo de los mañaneros con Lisa, que siempre me causan mucha hambre, más después de como estuvo anoche, pero vale la pena... Vaya que sí. ¿Nos vamos?

Anonadado, este asintió, marchándose junto a ella hacia el restaurante.



Lisa y las demás chicas del dormitorio hallaron la mesa donde las estaban esperando Mino, Bam y Jennie, se sorprendieron de la pequeña multitud de personas que los rodeaba, tomándose fotografías con ellos. Era una muy buena noticia saber que estos tres se habían hecho bastante populares entre ambas preparatorias, sin embargo, tanto Rosé, como Jisoo y Nayeon, tragaron en seco al percatarse del cambio que dio la cara de la rubia, que escondió su sonrisa de golpe al ver en primera plana a Jennie con dos jóvenes arrimadas a ella, una a cada lado, esperando a que una tercera tomara la imagen desde el mismo móvil en el que la castaña apuntó su número, entregándoselo a esas chicas de la otra preparatoria.

—Te deseamos muy buena suerte esta noche, Ruby Jane —dijo la chica a quien le devolvió el móvil, esta guiñándole un ojo.

—Muchas gracias, chicas —respondió amablemente a las tres que se marcharon de allí sonrientes.

Un carraspeo bastó para llevarse la atención de la popular eminencia que volvió a sentarse en la mesa, observando la mueca de molestia en su novia—: buenos días, mi reina. Mira, te he traído un poco de todo lo que te gusta —saludó con una sonrisa de oreja a oreja, mostrándole el apetitoso plato que había reservado exclusivamente para ella.

Última RimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora