Última Rima

LA TERCERA

Cierta castaña resopló mientras entraba por la puerta principal del edificio al que no iba hacía una semana debido a su expulsión, sintiéndose sola por lo desierto que estaba todo, sin sus amigos, pero agradeciendo también que no hubiera nadie más que ella y el profesor que la llamó loa noche anterior citándola un rato antes del inicio de clases. Anduvo hasta su aula, viéndolo tumbado en su extensa mesa con unos auriculares puestos, silbando un ritmo apaciguadamente con los ojos cerrados. Al llamarlo varias veces y no oír respuesta alguna, con un semblante desesperadamente molesto, la alumna se agachó al lado de su cabeza, le quitó un auricular y le gritó al oído-: ¡Buenos días, tutor!

Sobresaltado, el chico cayó de la mesa, Jennie riendo maliciosamente al ver lo torpe que se estaba mostrando mientras se tomaba la compostura con un carraspeo, avergonzado.

-B-buenos días a usted también, Kim... vaya, con tocarme el brazo hubiera bastado, igualmente discúlpeme. N-no se quede ahí de pie, tome asiento, vamos -Le ofreció una silla, sentándose él al otro lado de la mesa. Quedaron un instante en silencio, mirándose mutuamente sin soltar palabra.

-Esto... ¿me citó para tenerme así o...?

-E-eh, sí... digo, no, es decir...

-Profesor, relájese, por favor... ¿se encuentra bien?

-Sí, es solo que estaba pensando en alguien... perdón -carraspeó-, comenzaré de nuevo. ¿Te molesta si te hablo de tú? -La contraria negó-. Perfecto. Buenos días, Jennie, este... bueno, ayer te llamé porque quería conversar un poco contigo acerca del problema que pasó la semana pasada y ciertos rumores acerca de ti que están circulando, ya sabes. No tuve oportunidad de hablar contigo, estabas bastante mal... de hecho, me alegra verte con mejor aspecto. Dime, ¿Qué fue lo que ocurrió?

La menor se tomó unos segundos para hablar-: digamos que el señorito Wang es un subnormal, se estaba metiendo con uno de los míos y yo no me pude quedar cruzada de brazos. Pero en realidad ya nos tenemos muchas ganas desde que llegué aquí... aquello sólo fue un pequeño round para quitarnos un poco de ira de encima.

-Ya... bueno, aunque nadie dice nada, contigo siento que tengo la pequeña libertad de decir que Wang tiene una actitud un tanto...

-Es tan gilipollas que aún no lo sabe, nadie se atreve a decírselo y se sigue ganando el título a pulso el cabrón -interrumpió.

-Sí, tu descripción se asemeja bastante a la mía. Ahora, ¿puedo preguntarte por qué os tenéis tantas ganas?

-Resumiéndotelo un poco, profe... cuando llegué nueva, se quiso pasar de listo conmigo porque no me quise enrollar con él, supongo que al igual que todo este lugar y gracias a él mismo sabes de mi condición -El mayor asintió-. Bien, pues a mí me gustan las tías y para molestarlo, en su fiesta de mierda lo dejé más caliente que una olla con agua hirviendo y lo cabreé más aun diciéndole que le iba a arrebatar a su novia, ya sabe, a la presidenta del consejo estudiantil... -paró por un instante al ver la cara de confusión que tenía el otro-. De ahí en adelante, me declaró la guerra haciéndome varias jugarretas que no me han podido hundir, yo le he devuelto los golpes dándole donde más le duele, con su presunta hombría, su novia, el rap... y en fin, todo ese arrastre desató lo del otro día...

-Vaya... qué complicado esto de la adolescencia... de acuerdo. Llegué a hablar con el director por lo de tu expulsión, pero en pocas palabras me quiso dejar dicho que a él no lo iba a expulsar porque no era su culpa sino tuya y que me quedara calladito o me iba a caer una buena... siento que hayas cagado tú con todo esto. Realmente, vi tu expediente y quitando los problemas que has tenido aquí, eres una estudiante ejemplar académicamente hablando. Por esa misma razón quería decirte que intentes no sucumbir a las provocaciones de Wang, en serio, pienso que tienes un futuro brillante y es una pérdida de tiempo que te metas en líos con él en vez de centrarte en mejores cosas como... como... -se quedó pensativo por unos instante, Jennie tomando la palabra.