Última Rima

FELICES ESTANCIAS (1/2)

Despertarse recibiendo de lleno la calidez del sol entrar desde la ventana, y no maldecir la interrupción sino agradecer un detalle tan pequeño como ese con una sonrisa, fue algo que sorprendió a Jennie, pues se percató de que últimamente no apreciaba ese tipo de cosas que hasta hacía poco le parecían molestas.

Tentada por la otra sorpresa que recibió en la noche anterior, alcanzó su móvil para entrar a la aplicación de mensajes; un «buenos días, Jennie», la desubicó por un instante, sus ojos ilusionándola antes de tiempo al caer en que ese texto no procedía del mismo contacto que le escribió anoche. Borró rápidamente el nombre de Lisa para responder al nombre de Hwasa.

—¡Uf! casi meto la pata.

Esta vez sí entró al chat de la menor para ver una vez más aquel corto cruce de palabras, sin entender exactamente la razón por la cual habría decidido hablarle siendo consciente de la situación en que estaban.

—Qué raro... Bueno, era bastante tarde para tratarse de ella, quizá se tomaría una copa de más, porque, en estos momentos no creo que estando su sano juicio quisiera hacer algo así, menos con ese imbécil intentando llenar mi vacío a su lado. En fin... —murmulló cerrando la aplicación para comenzar a atraer la buena alegría a su casa con música en los altavoces.

Dejó lista la casa para recibir a Ella, y tal como prometió fue a buscarla puntualmente ese mismo viernes. Los nervios que siempre solía sentir parecieron quedarse en su sitio, pues ella no se notaba como de costumbre ante la espera frente a esa puerta que abrió Somi con una sonrisa gentil.

—Hola, Nini. No te quedes ahí como una estatua, pasa. Ella y Jaehyun no demorarán en llegar.

—¿Dónde están?

—En el centro comercial. Ella dijo que quería darte un presente a ti y a tu perrito, así que hace un rato Jaehyun la llevó —terminó de explicar.

Se dirigieron a la cocina, Jennie aceptó el vaso de agua que brindó la mujer. El silencio que creó la castaña y la forma en que Somi se sentía observada por esta la llevó hasta el límite.

—¿Qué pasa con esa mirada? ¿Qué te preocupa?

—¿Se lo has dicho? Ya sabes de lo que te hablo.

—No, y no te imaginas lo mal que me sentí cuando llegué aquí y lo vi en el sofá muerto de sueño, esperando por mí. Sinceramente, jamás pensé que me pesaría tanto la conciencia después de algo que, hasta hace poco, me moría por hacer contigo.

—¿Tan mal te lo hice? —bromeó Jennie.

Inmediatamente esta negó con la cabeza—: para nada, al contrario, debo admitir que, para estar bastante ebria no estuviste tan mal... —La mirada indagadora de la contraria le sacó una rectificación automáticamente—. Para qué mentir, se sintió exquisitamente bien. No exagerabas cuando me dijiste que eras mejor que antes, ¿contenta?

—Sí, ante todo la verdad —Rio—. Estuvo bien recordar viejos tiempos, pero no estuvo bien lo que ocurrió después, y mucho peor fue lo que pasó al día siguiente... Todo debe quedar ahí, ¿no crees?

—Sí, yo también pienso eso, esta ha sido una de las razones por las que planeé este viaje para Jaehyun y para mí. Quiero darme la oportunidad de poder dejar todo atrás y comenzar de cero con él. Me lo merezco, pero, creo que él se lo merece todavía más.

—Eso está genial, de veras.

Mataron el resto de la demora mirando imágenes y más imágenes de Ella. Y entre más anécdotas que escuchaba, más se enamoraba de la niña de las fotografías.