Tras una maravillosa mañana junto al hombre que estaba conquistándola a cada día más, Alice bajó de su coche camino a la puerta de su casa. Demoró un poco en sacar las llaves de su bolso, sobresaltándose cuando la puerta se abrió de golpe topando con el cuadro de llanto y magulladuras que cargaba su nuera en la cara, que pareció sorprenderse también al verla detrás de la puerta, agachando la cabeza tras mirarla fijamente a los ojos durante escasos segundos.
—Jennie, ¿qué...?
—Buen día, Alice —interrumpió Jennie, marchándose rápidamente, sin más.
No le dio tiempo a devolverle el saludo, o despedida, ya ni siquiera sabía ni que había sido esa contestación tan extraña de la castaña.
Aunque no le cuadraba la presencia de Jennie con el horario escolar, supuso que, si ella estuvo allí, su hija también debía encontrarse en la casa. Revisó toda la planta baja, llamando varias veces a Lisa, que no contestaba a sus gritos. Subió las escaleras, comenzando a escuchar débiles sollozos al otro lado de la puerta del cuarto de Lisa.
Tomando una bocanada de aire terminó de abrirla, acongojándosele el pecho tras ver a Lisa sentada en el respaldo de su cama, sus hombros encogidos y su cabeza resguardada tras sus brazos temblorosos amortiguaban los incesables llantos que parecían ahogarla fatalmente en la angustia. Supuso que el dolor que emanaban sus lágrimas no eran más que el producto final de una discusión, y al parecer bastante fuerte, pues, jamás había visto a Jennie llorar.
Tragó en seco antes de intentar llamar la atención de su hija—: cielo... ¿Qué es lo que ha ocurrido?
—Mamá... Hemos roto —dijo con la voz entumecida.
—Entiendo —Caminó hasta sentarse a su lado, sabiendo que esos ojitos húmedos que la observaban pidiendo ayuda solamente necesitaban llorar—. Vamos, hija, cuando te veas preparada podemos hablar, pero, por ahora... Sólo desahógate sin pena. Tu madre está aquí para ti, ¿de acuerdo?
No tuvo siquiera fuerzas para soltar ninguna palabra, pero Alice supo que ese movimiento con la cabeza significaba que iba a seguir su consejo, rompiendo otra vez más en llanto. Sintió los brazos de su madre rodearla cálidamente, reconfortándola durante un buen rato, sin decir nada.
—Mamá...
—Dime, ¿quieres que hablemos de ello?
Lisa asintió respirando profundamente, lista para hablar de lo sucedido recién.
[Flashback]
Después de un trayecto sin miradas, ni palabras, ni sonrisas presentes entre ambas, finalmente llegaron a casa de Lisa, a quien le temblaron incluso las manos cuando le tocó abrir la puerta, tanteando con las llaves en la mano y la cerradura.
—¿Por qué estás tan nerviosa, Lisa? —preguntó Jennie, su tono mosqueado sin calmarse en ningún momento.
La mencionada no respondió, sin saber realmente la razón por la que se sentía así.
Se adentraron al salón, subiendo las escaleras hasta la habitación de Lisa.
—El cuaderno, lo quiero ahora. Dámelo —Sin entender la falta de afecto en las palabras de su pareja, Lisa asintió, dirigiéndose hasta su escritorio para coger el cuaderno. De pronto, quedó confundida, llamando la atención de Jennie, quien estaba temiendo la respuesta a la pregunta que tenía en mente—. ¿Qué pasa?
Titubeante, Lisa la observó—: no está... Tu cuaderno no está donde lo dejé —Comenzó a buscarlo desesperadamente, sin saber porque sus ojos se aguaron de un momento a otro mientras removía su habitación en busca de aquel cuaderno que parecía haberse esfumado—. No puede ser, Jen, te juro que ayer lo saqué de la mochila para evitar que se dañara y lo dejé encima de mi escritorio. No sé porque... Puede que mamá me lo cambiara de lugar, o igual Freya. No entiendo qué ha pasado, pero, sé que es algo muy importante para ti, así que, no te preocupes, te prometo que lo encontraré lo antes posible y te lo devolveré —dijo en un tono desesperado, culpable, enjugándose torpemente los ojos que le opacaban la visión mientras movía cielo y tierra para hallar esa pertenencia de la castaña que se mantuvo estática en su lugar, sin decir nada al respecto.
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Última Rima
FanfictionTodos son distintos, se comportan diferente, pero tienen algo que los relaciona, une y separa... La música... Personajes sacados del mundo Kpop. Los relatos redactados en esta historia son totalmente ficticios, por lo que no buscan ofender a nadi...