Capítulo 13

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La puerta de casa se abrió, Ici que parecía encantada de ser canguro de aquel bebé, volvía de un paseo donde había aprovechado en comprar algo de comida, macarrones para ambas, y flan de postre, la cocina no era su fuerte, pero sabía que Natalia debía alimentarse, entró pensando aquello con una sonrisa en sus labios, había conseguido que Natalia se durmiera, parecía un Ángel vestido de rosa, pero al fin y al cabo un Ángel bendito. Al cerrar tras de sí, pudo escuchar nítidamente un quejido desgarrador que venía del cuarto de su amiga, sabía que estaba pasando, lo sabía y lo esperaba, dejó a la niña dormidita en el nuevo y moderno cochecito, cruzó los pocos metros que separaban el comedor del cuarto y allí la vio, sobre la cama aferrada a un almohadón llorando desesperadamente, mientras se quejaba con una voz quebrada, ahogándose en su propio dolor. Aquella visión le destrozó, aquella Natalia nunca antes había caído de aquella manera.

Ici: Nat cariño... Nat... por Dios Nat... (la abrazó con ternura y debilidad sintiendo como su corazón dejaba de tener aquella forma suya y se hacía un nudo de dolor) Nat...

Natalia: Déjame Ici... déjame (decía sin soltar su abrazo porque realmente lo necesitaba)

Ici: No pienso dejarte esta vez, ya te dejé en Jerez cuando no debía, ahora no pienso irme... estoy aquí Nat y lo estaré pase lo que pase (le decía con congoja mientras la abraza y notaba como sus lágrimas bañaban su camiseta)

Natalia: ¡Por qué no me castigan a mí!, ¿por qué a ella qué tiene tanto por hacer?

Ici: Nat... eso no está en tus manos (decía preocupada mientras su mano acariciaba lentamente el brazo de Natalia)

Natalia: No puedo... no puedo soportarlo... no puedo verla así... todo es por mi culpa

Ici: Esto ya lo hemos hablado... (la apartó un poco mirándola con dolor) ¿Qué te ocurre realmente?

Natalia: Rafi se la quería llevar, solo de pensar en no verla me muero (decía sin parar de llorar)

Ici: Creo que se te está yendo esto de tu control Nat... de verdad... no creo que esto puedas soportarlo por mucho más tiempo, vas a enfermar cariño

Natalia: Me gustaría morirme (murmuró con su voz desgarrada)

Ici: Eso sí que no voy a permitir que lo digas (la separó de su pecho con la mirada enfurecida, sus manos apretaron los brazos de su amiga que no levantó la cabeza) Tú no eres de las que quiere dar pena... ¡qué pasa Nat!

Natalia: La quiero... la quiero... (decía desesperada mirándola)

Ici: Borra ese sentimiento por favor... no puedes

Natalia: ¿Cómo lo hago, dime? (la miraba con los ojos rojos del llanto y la desesperación)

Ici: Como hiciste con Alicia (soltó una mano de su brazo para apartarle un mechón de pelo y retirarle con cuidado las lágrimas)

Natalia: Alicia (murmuró sonriendo, pero aquella sonrisa magnificaba mucho más su mueca de dolor) Creí amarla... creí que moría cuando lo dejé, que estúpida fui... nunca la amé, sólo me equivoqué

Ici: Nat... mírame (apoyó su mano en la barbilla obligando que Natalia la mirara, ¡cuánta sombra había en sus ojos!) Creo que estás confundiendo sentimientos, voy a ser sincera, aunque te haga daño... soy tu amiga y tengo ese derecho

Natalia: No quiero que me digas... (se levantó tratando de escapar mientras cerraba los ojos)

Ici: ¡No Nat! (la volvió a detener cogiéndole de las muñecas con ternura mientras la interrumpía) Estás confundiendo sentimientos, le hiciste daño y te arrepentiste, da la casualidad que esa pobre chica es una desgraciada, su vida ha sido horrible y tú has sido la gota que hace rebosar el vaso, fuiste cruel con ella ¡y lo sabes!, pero coño Nat, ¡reacciona!, no creo que tú debas arruinar tu vida por algo así, ella es una mujer que te odia, y eso no va a cambiar nunca, porque el daño que le hiciste no lo va a olvidar (Natalia cerraba los ojos) No te enredes en su vida, porque quizá sus redes te asfixien sin querer o queriendo, quizá tu amor por ella que nunca ¡óyeme bien!, ¡nunca va a ser correspondido!, te mate poco a poco, vas a darte contra un muro tantas veces intentes encontrar lo que no hay (volvió a cogerla con suavidad de los brazos) Nat aléjate de ella, aléjate de la niña, fue un error, lo estás pagando, lo pagarás mucho tiempo, ¡pero ya!, no quiero verte destruida como persona, como mujer

La apuesta (ALBALIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora