Capítulo 34

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La velada llegó a su fin cuando Isabel y Mari se levantaron porque era tarde y ambas tenían maridos esperando en casa, sonrisas y bromas para las dos, después Ici muy acertadamente dijo que tenía mucho sueño y quería retirarse, Marta aprovechó para irse con ella, y Noemí con Lili se quedaron un rato más hablando con la pareja. Hasta que, por fin, se quedaron solas. Natalia se había sentado en el sofá un rato, había apagado las luces y el comedor se iluminaba con la luz que entraba de la cocina, era una penumbra adecuada para relajarse, pero también para a su vez dejar su mente volar, desde la puerta la miraba una Alba un tanto embobada, con una sonrisa en sus labios, aquella mujer volvía a ser la misma que le hacía enloquecer, durante la cena se había comportado de una manera especial, le había cogido la mano, le había dejado un beso en la mejilla y miles de sonrisas que le habían hecho sentirse feliz, había vuelto la Natalia tierna y razonable. Se acercó hasta ella sin hacer ruido, se puso detrás del sofá dejando reposar sus manos sobre los hombros de Natalia y Natalia sintió un escalofrío, pero trató de contenerse no quería volver a tener otro desengaño, así que dejó que Alba le diera un masaje, mientras de vez en cuando soltaba algún gemido.

Alba: ¿Mejor?

Natalia: Sí, me duele muchísimo (murmuró con los ojos cerrados y la voz extasiada)

Alba: Eso te pasa por trabajar de noche cuando no te tocaba (necesitaba decírselo)

Natalia: Eso me pasa por hacer una cena en mi casa (respondió mientras pensaba para sí "si no hubiera trabajado de noche, hubiera acabado enloqueciendo tras tus rechazos, díselo... que sepa lo que duele sentirse así") De todos modos, tienes razón huir de ti me ha sobrecargado la espalda.

Las manos de Alba se detuvieron, había recibido bien el golpe que Natalia quiso dar, pero no quiso demostrarle que sus palabras, aunque ciertas, le molestaban, así que siguió masajeando en silencio. Ambas daban vueltas a la cabeza de las palabras que habían dicho, hasta que Alba retiró sus manos, Natalia pensó que se sentaría a su lado una vez más, que tontearía y cuando quisiera la dejaría de lado, mientras ella se quemaba en su propio deseo. Sin embargo, Alba lejos de sentarse a su lado se marchó, pero justo cuando fue a entrar al cuarto pensó bien las palabras y le dijo.

Alba: Pensé que cuando me dabas tiempo, no ibas a comportarte así

Natalia: ¿Así cómo? (le preguntó fría desde el sofá)

Alba: Tan dura conmigo, echándomelo en cara a cada dos por tres, haciendo cosas para hacerme daño

Natalia: No sabes lo que dices (giró con lentitud la cabeza hasta que sus ojos se posaron en los de Alba que mantenía un porte un tanto soberbio y muy herido) No tienes ni idea Alba...

Alba: Eres como todos, aunque seas mujer (lo dijo lentamente y aquellas palabras cayeron poco a poco sobre Natalia que se levantó acercándose a ella de un solo movimiento rápido)

Natalia: No te permito que me hables así (la miraba fijamente a los ojos, en las paredes las sombras de sus cuerpos parecían las de dos boxeadores dispuestos a comenzar sobre el cuadrilátero la lucha feroz de quedar uno en pie) Lo que no soporto es que juegues conmigo Alba, que me provoques, que me des y luego me quites, ¿crees que no siento?, ¿crees que no me hace daño tu actitud? (la miraba hablándole entre dientes con su voz repleta de dolor y sus ojos clavados en los suyos Alba pudo ver esos ojos henchidos de rabia y dolor) Te quiero Alba, te quiero como no he querido a nadie, te he asegurado que no me importa no hacer el amor contigo, pero al menos, podrías ponerme las cosas más fáciles, no jugar, no querer y no poder porque vas a terminar conmigo (frunció los labios de manera disgustada, con un ligero temblor en su barbilla) Pero no me digas que soy dura Alba, no me digas que no tengo paciencia... ¡qué más esperas de mí!, te amo con locura (le cogió de los brazos apretándole sin darse cuenta que la estaba empujando contra la pared) daría mi vida por ti y para que todo fuera lo mejor, no te pido tanto Alba... no te pido tanto...

La apuesta (ALBALIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora