La apuesta (ALBALIA)

Capítulo 47

Durante el rato que Natalia estuvo jugando con la niña, Ici no había dejado de observarla, notaba que no estaba, que había desaparecido y le daba rabia, había hablado con Elena y ésta le había dicho que al día siguiente iban a ir a verla, y Isabel había asegurado que mejor que sufriera de golpe y no poco a poco las nuevas noticias que se habían ido dando a lo largo de esos tres años. Pero sin duda, de lo que estaba segura, era que la presencia de Alba o más bien, la llamada de la tal Euge, había dejado fuera de juego nuevamente a la Pediatra, sus ojos se habían vuelto oscuros y tristes, y ni siquiera Nati con sus risas podía arrancarle una a ella. Se fueron a dormir, sin esperar a Marta que iba a estar con Ici, y como se habían prometido, iban a portarse bien, dormir, solo dormir.

El reloj de la mesilla de noche marcaba la una de la madrugada, en la casa el silencio se había adueñado de las risas de Nati y de la voz tierna y débil de Alba en el comedor, y ese silencio era el que estaba matando de una manera deliberada a Natalia, a su lado la niña dormía placenteramente, mientras ella luchaba contra sí misma y sus pensamientos, de lado a lado de la cama, se sentó, se volvió a acostar no podía soportarlo, volvían nuevamente las ganas de desaparecer, de huir. Sudaba y temblaba al mismo tiempo, se cogió a la sábana mientras exhausta de luchar dejó finalmente que su cabeza ganara la batalla.

Natalia: "Cada día pensando en ella, cada noche luchando contra ella, ¿y ella?, he sido una idiota pensar que me quería, pensar que... ¡no!, ¡no!, ¿cómo puedo decir eso?, la niña sabía todo de mí, hasta de mi sonrisa, todo... sin duda le ha hablado demasiado para que una niña sin conocerme apenas, deseé estar conmigo, y se muestre tan cariñosa. ¿O lo habrá planeado también?, ¿habrá sido una maniobra más?... Hernán murió... ¡cómo debió pasar aquel momento!, ¿y Rafi?... Alba... está tan guapa... tan hermosa, tan cambiada ahora parece otra, no veo miedo en sus ojos, no veo tristeza, bueno sí, cuando me mira por eso no quiero que me mire, no quiero (una lágrima comenzó a caer por su rostro) ¡No quiero llorar!, ¡no quiero llorar, joder! (se decía con rabia levantándose bruscamente de la cama) Albi... Albi... si supieras como te amaba, si supieras que quería morirme cada día mil veces, necesito hablar contigo... pero no quiero... no quiero darte el gusto de verme hundida por ti, ¿eso es lo que quisiste, ¿no?, ¡y esa maldita Euge!, ¿quién coño será? (salió de la habitación) Seguro que se la ha tirado, seguro (sonreía irónica como si todo formara parte de una trama contra ella) La llama... le sonríe, como le ha hablado con qué voz, debe ser su novia, ¡y yo todo este tiempo muriéndome por ti!, ¡qué capulla soy!, dejando que Alicia hiciera lo que quisiera con mi cuerpo mientras yo cerraba los ojos y pensaba en ti, pero no sentía nada, nada más que rabia, muriéndome Alba, muriéndome, esperando por ti, esperando que un día llegaras y me dijeras que me amabas... que no pudiste vivir sin mí... y sin embargo... esa Euge. Albi... Albi... ¡te odio!, ¡te odio con todas mis fuerzas!, te odio tanto como te amo (susurró llorando. Se dirigió a la mesita, buscó entre la ropa y allí estaban, Ici se había llevado las pastillas, pero no todas) Lo necesito, necesito olvidarme de ti... ¡quédate con tu Euge!, igual ella si te da lo que buscabas... porque yo no.... yo todo lo hice mal... ¡sabía que me iba a arrepentir de aquello, lo sabía!, pero no era consciente de cuanto, sé que no merezco otra cosa por tu parte... pero Albi... (salió hasta la cocina corriendo como pudo tropezándose y cayendo al suelo, levantándose como si la vida se le fuera por momentos)... solo yo soy culpable de esto... solo yo... no puedo culparte... no puedo mi vida... no puedo" volvía a llorar mientras tomaba pastillas, se le cayeron al suelo y la voz de Nati llegó hasta ella)

Nati: Mamá

Natalia: Cariño... ve a la cama (decía apoyándose en el banco con la respiración agitada)