Alba no articuló palabra, cada vez la sorprendía más Natalia, cuando esperaba encontrarse con un ático espectacular, se encontró con un pequeño estudio, pero donde el espacio era tan amplio por la escasez de mobiliario que dudó que Natalia viviera allí alguna vez. Un gran ventanal que daba a una terraza repleta de macetas, con una visión de Jerez que podía envidiar cualquiera, una cocina pequeña con barra americana, un sofá que intentó adivinar que debía ser cama también, una puerta a un lateral, que estaba cerrada, una gran librería de parte a parte con un equipo de música, e infinidad de libros.
En la otra pared un cuadro impresionante de una montaña con varios caballos de todos los colores galopando alegremente en libertad.
Natalia: ¿Te gusta? (le preguntó una vez había dejado la maleta, su voz era radiante sabía que se había quedado impresionada por lo poco que conocía de Alba, sabía que aquel apartamento iba a gustarle)
Alba: Me encanta...
Natalia: Pues no has visto lo mejor, anda ven (iba a cogerle de la mano, pero se detuvo a tiempo. Abrió la puerta de la terraza y el paisaje era único) Este es mi lugar preferido para dormir
Alba: ¿Duermes aquí? (la miró un tanto atónita)
Natalia: Sí, en verano me pongo una hamaca aquí (le señaló el lugar) Se está fresquito y tengo la visión maravillosa del cielo, las estrellas, la luna y... (se detuvo porque el gesto en Alba se había vuelto serio y sombrío) Bueno... se está muy bien aquí
Alba: Tenemos algo más en común
Natalia: ¿El qué? (la miró con una sonrisa embobada)
Alba: Nos gustan las terrazas, yo recuerdo que cuando venía del pueblo a casa, me daba depresión (se asomaba con cuidado sobre la barandilla) y mi madre decía que tenía que echar la casa de al lado para hacerme una en el piso
Natalia: Ya... creo que tener terraza es media vida
Alba: Bueno depende de lo que tengas delante, no siempre consigues tener una maravilla así
Natalia: Sí...
Natalia se había puesto a lo largo de la conversación a su lado, la miraba apoyada con un codo sobre la barandilla, pensaba que la luz de Jerez le daba otro toque todavía más maravilloso, Alba al escuchar aquella mínima respuesta y sobre todo con un tono tan tierno, y entregado a ella, giró su cabeza lentamente y allí se encontró con aquellos dos ojos observándola fijamente, adorándola y sintiendo todo un amor en ellos que le hizo estremecerse.
Natalia: ¿Tienes frío? (le preguntó al verla tiritar)
Alba: Un poco
Natalia: Bueno... vamos para dentro, ¿quieres ir al lavabo?
Alba: Sí
Natalia: Ven
Natalia abrió la única puerta que había cerrada. Alba pasó y cuando cerró la puerta se miró al espejo... su cara era todo un poema, sus ojos estaban repletos de lágrimas que no sabía qué hacer con ellas, sus manos habían empezado a sudar y una sensación extraña comenzó a apoderarse de su interior. Se lavó la cara tratando de refrescarse, mientras pensaba "Solo va a ser esta oportunidad, llevo dos días con ella a solas y ahora otra vez, pero después ella volverá al trabajo y yo también, ¡joder, pero estaremos en el mismo hospital!, pero no será lo mismo... total son unos meses... solo unos meses después todo volverá a ser normal, creo que lo que ocurre también es normal, saber que es lesbiana me hace plantearme muchas preguntas... solo es eso... pero no me gusta, no me atrae, solo me sorprende... además está aquello que no puedo borrar... Alba tranquilízate piensa en Nati y tranquila"
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La apuesta (ALBALIA)
Fiksi PenggemarTodo empezó como un juego... Es una adaptación de Maca y Esther Historia original de Idana