Capítulo 65

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En la cama Alba trataba de dormir, había escuchado el timbre de la puerta, pero no tenía fuerzas de levantarse, en su cabeza no se apartaba las palabras de Noemí sobre su madre, estaba muy grave, sabía lo que quería decir eso, en cuarenta y ocho horas sabría si saldría adelante o por el contrario tal y como le había pedido tantas y tantas veces, tendría que ser ella quien le dijera a Noemí que la desconectase. Aquel pensamiento le produjo un estremecimiento fuerte y las lágrimas comenzaron nuevamente a apoderarse de su rostro. Solo la compañía de Euge y su apoyo habían logrado calmarla. Pero en ese momento de soledad irremediablemente tuvo un pensamiento.

Alba: ("Venga Alba deja que salga, deja que fluya lo que tienes escondido en la mente, Nat salvó a mi madre de morir y ni siquiera le he dado las gracias, pero no se ha acercado ni una vez... bueno la echaste... esto me supera, no puedo luchar contra su miedo, siempre será igual... ahora no pienses en eso, déjalo de lado, duerme, duerme que no suene el teléfono, que no suene... Nat")




El taxi dejó a Natalia en la zona de ambiente de Madrid, solo quería borrar de su pensamiento aquella mujer y a Alba, para lograrlo sabía cómo hacerlo, se recordó haciendo lo mismo en Jerez y no le fue mal del todo, borró a Alicia, aunque la jaqueca del día siguiente le costó lo suyo de quitar, pero aquella noche no quería pensar en que habría un día siguiente, tan solo quería escuchar música fuerte para silenciar su mente y sus pensamientos, y beber hasta no poder más para borrar del todo aquella imagen que seguía sin apartarse de ella, Euge llevándose abrazada a Alba, le había quitado su lugar, y eso, no podía soportarlo. Entró en uno cualquiera, había mucha gente, mejor, cuanto más ruido mejor, fue directamente a la barra buscó un lugar donde pudiera estar sola sin nadie que la molestara y se sentó.

Camarera: ¿Qué te pongo guapa? (le preguntó la camarera mientras mascaba chicle a todo tren)

Natalia: Un whisky doble por favor

Camarera: ¡Empezamos fuerte, eh!

Natalia: Sí... (sonrió mientras miraba a su alrededor siguiendo la música con su pie sobre el apoyadero que tenía el taburete) Por fin te voy a sacar de mi mente Alba mañana no existe, hoy esta noche... vas a salir de mí...

Miraba alrededor parejas bailando, besándose, algunas en los sillones sentadas yendo más allá de simples besos y caricias, miraba, pero no veía a nadie, no le hacía falta ver a nadie, solo quería olvidar.




En la cama estaba una Marta que había llorado, no comprendía porque había estallado de aquella manera, no podía entenderlo, había sido muy injusta en cierto modo con Ici, pero aquel instante le recordó al otro engaño vivido y sabía que si Ici la engañaba no lo resistiría. Oyó como se abría lentamente la puerta y como ella entraba en silencio, como iba al cuarto de baño y como salía, solo notar su presencia ya le calmaba, pero mucho más cuando Ici sin dudarlo la abrazó y le dejó un beso en el hombro.

Ici: Tienes razón Marta, estamos desbordadas por todo lo que ha acontecido con Nat y Alba, desde que Alba volvió todo han sido problemas y más problemas, a mí me gustaría no tener que actuar entre ellas, pero no puedo abandonar a Nat (Marta no contestó solo se dejó acunar por el cuerpo más grande todavía que el suyo, y allí sentía un refugio adorable del que no quería salir) Y si he mirado a Euge ha sido porque me parece una mujer un tanto calculadora que lo ha preparado todo muy bien, y que por casualidades de la vida ha venido en el peor momento de la pareja. Está buena no lo voy a negar, tiene buen culo y buenas tetas, hasta su cara es preciosa perfecta, pero a mí las tetas que me gustan son estas (pasó su mano delicadamente sobre el pecho derecho de Marta y ésta cerró los ojos) y el culo perfecto para mí, es este (con su otra mano acarició lentamente su culo mientras Marta sin poderlo remediar se dejaba hacer) Y no hay cara más bonita que esta (con una ligera incorporación llegó hasta su cara dejando un suave beso) Y la única mujer que quiero eres tú. Sé que te hicieron daño, pero sabes que soy transparente, tendré muchos defectos, pero mi mayor virtud es que siempre voy de cara cariño, te quiero, te quiero rabiosamente, te quiero por encima de lo que puedo quererme a mí, en mi vida tú eres lo importante, y tienes razón, por eso te pido disculpas por ser egoísta, por pensar antes en...

La apuesta (ALBALIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora