Capítulo 16

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Natalia recorría los pasillos del hospital decidida, parecía que nada llamaba su atención, llevaba el rumbo fijo y sin detenerse ante nada ni nadie, bajó por las escaleras, trató de detenerse para pensar un poco que iba a decir, pero al descubrir aquel nuevo sentimiento en ella, que la trastornaba pensó que él solo haría el resto, él sabría cómo hacerle actuar, tan solo debía dejarse llevar

Pasó tan rápido por el mostrador que Mari se quitó las gafas mirándola incrédula, justo en el momento en que llegaba Lili.

Lili: ¿Dónde va con esos aires?

Mari: ¿Tú lo sabes? (Lili negó con la cabeza) Yo tampoco

Lili: Ayer estuvo en Jerez así que ya está todo dicho

Mari: Pues sí ya está todo dicho, ¡a trabajar!

Noe: ¿Qué pasa? (apareció Noemí que le dio a Mari una historia para guardar)

Lili: Nat que iba como alma que lleva el diablo

Mari: Un mal día

Noe: ¿No habrá ido a....? (señaló con sus cejas)

Mari: Me temo que sí

Casillas: ¡Qué tal muchachas!, luego dicen que en Urgencias se hace de todo menos trabajar, ¿y sabéis qué? (todas lo miraban atentamente) Tienen razón, os ven ahí de charla y lo pagamos justos por pecadores

Mari: ¡Anda ya Casillas!

Casillas: ¡Anda ya Casillas, anda ya Casillas! (se burló) Os doy cinco segundos para que cada quien esté en su sitio (se puso en jarras observándolas con gesto duro)

Noe: Este es mi chico duro, ¡sí señor!

Mari: ¿Qué miras?

Casillas: A Nat, ¿puedo o también van a ir diciendo por ahí que miramos en lugar de trabajar?


En el cuarto de ambulancias, se encontraba Mayra y Joan esperando una nueva llamada para salir a la calle, ambos estaban hablando tranquilamente con un café en la mano, Joan con los pies sobre la mesa y con la camiseta de manga corta sin el chaleco, con apariencia cansada pero no por eso dejaba a un lado su porte chulesco.

Mayra: ¿Has vuelto a subir?

Joan: ¿A dónde?

Mayra: ¿Dónde va a ser? (elevó sus hombros mientras le hacía la pregunta en señal de disgusto) A ver a esa chica... ¿Alba?

Joan: Sí (no la miró, pero le contestó moviendo el líquido en aquel vaso de plástico)

Mayra: ¿Y? (lo miraba mientras daba un sorbo al café)

Joan: Nada hemos quedado para cenar...

Mayra: ¿Otra más? (le preguntó con sus ojos abiertos como platos) Otra conquista más...

Joan: Quiero sentar la cabeza... parece una chica muy agradable... no la he tratado mucho pero su sonrisa me ha encantado

Mayra: ¿Tú sentar la cabeza?

Natalia: Hola.

Apareció Natalia con gesto serio, y mirada fulminante sobre Joan. Fueron sus pupilas tan determinantes a la hora de dirigirse a su presa, fue tan descarado su malestar que inmediatamente sin pensarlo, ambos se incorporaron a la vez en el sofá mirándola con atención pendientes de lo que quisiera decir.

La apuesta (ALBALIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora