—¡Ser Hokage apesta!
Se quejó derrotada Tsunade mientras apoyaba sus manos en las barandas de la azotea.
Con Shizune habían ido a la azotea para buscar un poco de tranquilidad, la aldea entera estaba siendo reconstruida y no habían parado de trabajar. Sus caras lo decía todo, no habían dormido bien y las ojeras que tenían solo empeoraban su apariencia.
—De lo que se salvó Jiraiya... —recordó al fallecido Sanin con un poco de tristeza, aunque también se sentía tranquila de que él no hubiese sido Hokage, ese trabajo era equivalente a cortarles las alas a un espíritu tan alegre como el que tenía Jiraiya —Sin embargo, creo que hubieras sido uno bueno, Jiraiya... —pensó.
Él ya no estaba a su lado. Y aunque ya no tenía fuerzas, debía ser fuerte. Porque él le había encargado Konoha y a Naruto. No podía fallarle.
—Shizune, —la llamó —¿qué más falta hacer? —preguntó cansada, pero con decisión.
—Bueno... —contestó agotada su asistente y sacó un pergamino con una lista de anotaciones —... falta arreglar la academia buahh... —bostezó en medio —... ver qué hacemos con las clases, comprar medicamentos para los heridos, arreglar las calles ... —intentaba mantener los ojos abiertos mientras leía, no había dormido lo suficiente en días —... atender misiones, distribuir los fondos, ... —y la lista seguía y seguía —y eso sería todo, por el momento. Y eso sin contar el papeleo —terminó con un tono deprimente, Shizune estaba igual o más agotada que Tsunade, después de todo, se había hecho cargo de Konoha en su ausencia.
—¡¡¡Arg!!! ¡Estoy harta de tanto trabajo! Shizune, ¡¿dónde están esos vejestorios?! ¡Como mínimo deberían de ayudar al Hokage con sus tareas en casos extremos como este! —gritó irritada Tsunade.
—Los he buscado reiteradas veces, Tsunade sama —lloriqueó Shizune —. Pero nunca están en sus casas y tampoco me dan explicaciones de dónde encontrarlos.
—¡Esos malditos! —los maldijo refunfuñando. Shizune solo podía llorar en silencio, ella también estaba exhausta —¡Se acabó! —gritó la Gondaime —¡Me largo de aquí! ¡Necesito tomar un trago ahora mismo! —dijo dirigiéndose a la salida para ir a Ichiraku y tomar hasta perder la conciencia ¡¿Dónde diablos habían quedado las fuerzas del recuerdo de Jiraiya?!
—Eeespeeereee Tsunade samaaaa —le rogó mientras la sostenía —¡No me deje sola con todo el trabajo! snif —lloraba implorando clemencia de parte de su maestra.
—¡Shizune, déjame! —intentaba quitársela encima —¡Arg! ¡A veces pienso que debí fingir que seguía en coma hasta que Kakashi resolviera todo esto! —gritó por el estrés que venía acumulando.
—¡No diga eso, Tsunade sama! snif snif ¡Nadie más podría sacar a la aldea adelante más que Ud! —gritaba mientras lloraba la menor, no pensaba permitir que Tsunade se embriagara. Y es que, no tenía tiempo ni energía para ser su niñera esta vez.
Mientras Tsunade forcejeaba para irse y Shizune trataba de detenerla, se abrió la puerta de la azotea y apareció Shikamaru. Estaba buscando a la Hokage, no a la mujer que intentaba zafarse de una Shizune que sostenía sus pies para que no se escapara.
Las dos vieron al joven Nara observándolas perplejo, recuperaron de inmediato la compostura e hicieron como si nada hubiera ocurrido.
—Se ven terribles... —pensó el chico al verlas con ojeras y cansadas, a pesar de que trataban de ocultarlo, era evidente que a duras penas podían sostenerse paradas.
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KakaShizu: Un Nuevo Comienzo
Fanfic"Lo que importa es el camino que recorrimos juntos, los recuerdos que creamos en esa oficina con nuestros seres queridos. No importa cómo termine esto, sino lo felices que fuimos juntos. Siempre estarán en mi memoria, todos y cada uno de los momento...