ANÉCDOTAS DEL ICHA ICHA: Una Noche de Pasión

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¡¡¡EL ESPECIAL DE LAS 50K LECTURAS!!!


—Shizune... deberías de parar...

Kakashi intentó de que dejara de tomar, pero fue inútil.

—Kakashi sama, no sea un agua fiestas~ —realmente no tenía intenciones de detenerse.

—Se supone que era una cena tranquila... —se quejó internamente el Hokage.

La idea era comer ramen como lo solían hacer cuando no tenían ganas de hacer la cena al llegar a sus departamentos.

—Entiendo que no tengamos que trabajar mañana, pero, ¿es necesario de que tomes tanto? —la veía de reojo —Se está comportando extraña.

Y, es que, Shizune estaba extrañamente eufórica y hasta algo nerviosa. Y por alguna extraña razón, no paraba de tomar. Aunque también, le trasmitía un sentimiento de "familiaridad".

—¿Te pasa algo?

Se dignó a preguntarle.

Shizune se detuvo al escuchar sus palabras. Hizo una pausa, como dudando decir lo que le pasaba. Bajó la botella pequeña de sake, parecía que estaba reuniendo valor para confesarle algo. Y entonces...

—¡Quiero que me cargué!

Confesó sonrojada, pero firme y sin vergüenza.

Kakashi casi se cayó de la silla, esperaba una respuesta más seria. Aunque, también se aliviaba de que no fuera nada malo.

—Sí, sí. Te cargaré a casa —dijo con pereza —Es increíble el valor que da el alcohol —reconoció con admiración.

"—¡Quiero que me cargué!"

Sonrió debajo de la máscara. Escuchar eso, lo había hecho muy feliz.

Y es que, en condiciones normales, Shizune nunca hubiera confesado eso. Pero él ya lo sabía, sabía que a ella le gustaba ser cargada por él. Solo que ambos se hacían los desentendidos. Pero, escucharlo de ella, de sus palabras, lo hizo feliz. Aunque ella estuviese ebria y él lo escondiese.

Y mientras Kakashi se sumergía en sus pensamientos, una sonrojada Shizune lo observaba a escondidas.


[...]

Llegaron al departamento de su asistente.

Y mientras el Hokage intentaba abrir la puerta, ella se apoyaba en él, aferrándose a su chaleco. Lucía tímida y pensativa, como dudando hacer o decir algo.

A Kakashi le había parecido extraño el comportamiento de su asistente. Y eso se debía a que ella, en su estado de ebriedad, era cariñosa y despreocupada; en cambio, en esta ocasión, había estado silenciosa en todo el camino.

Tal vez tiene sueño —intentó dejar de pensar cosas innecesarias. Aun así, seguía esa duda de que algo no estaba bien. Y sentía esa extraña sensación de que "eso" ya lo había visto ante.

Ambos escucharon la puerta abrirse.

El Hokage dirigió su vista a su asistente para decirle que ingresaran, pero, para su sorpresa...

KakaShizu: Un Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora