"Lo que importa es el camino que recorrimos juntos, los recuerdos que creamos en esa oficina con nuestros seres queridos. No importa cómo termine esto, sino lo felices que fuimos juntos. Siempre estarán en mi memoria, todos y cada uno de los momento...
El silencio se apodero del lugar, ninguno de los dos hablaba y mantenían la vista al suelo. El tema de Obito era un tema difícil de hablar; y en particular porque no había pasado ni medio año de la 4ta Gran Guerra Shinobi.
-quieres hablar de él?
-he? – Shizune levanto la vista al escuchar su voz, el miraba a un lado su semblante se había calmado un poco y el de ella también – hu, si lo desea podemos hablar de él – dijo siendo gentil. Por qué le habría hecho esa pregunta?
Kakashi se volteo- por aquí cerca hay un lugar donde podemos hablar tranquilos – dijo intentando esconder sus emociones; comenzó a caminar y ella lo siguió. El lugar del cual se refería Kakashi era el camino al lado del río, a las orillas del mismo podrían conversar alejados de la vista de las personas, era un lugar silencioso y poco frecuentado. (Los que leyeron Konohana sabrán cual es el famoso camino al lado del rio)
A medida que caminaban solo se escuchaba las pisadas del otro, y ella veía su espalda – qué estará pensando Kakashi sama? ...- se preguntaba. La noche lucia tranquila y el cielo estrellado, todo eso era maravilloso para los ojos de Shizune, en parte se debía a que estaban bastantes alejados de las luces del centro de Konoha; incluso se podía escuchar el sonido de las criaturas nocturnas como grillos, ranas y por supuesto del río al cual se acercaban. Kakashi descendió por la leve pendiente que tenía el camino hacia las orilla del arroyo; con sus manos en los bolsillos y su mirada fijada en las aguas de este, espero la llegada de Shizune. Ella lo siguió y se detuvo a su lado, esperando en silencio las palabras de Kakashi.
-disculpa si te incomode –dijo – y entiendo que no hayas podido decir que era Obito – se lo escuchaba más sereno.
-yo ... no quería incomodarlo ni a Ud ni a los demás.
-lo sé. Obito es...- resultaba difícil para él decirlo – para el mundo y la historia...él responsable de muchas desgracias –dijo algo triste, era cierto, no podía negar la verdad y eso lo entristecía.
-lo sé – ella también sonaba igual.
Kakashi no paraba de ver las aguas brillantes – Shizune, te puedo preguntar algo?
-hu, lo que Ud quiera.
-si no crees poder responder, no estas obligada a hacerlo.
Ella sonrió ante su amabilidad, eso hizo que pudiera encontrar la fuerza para responder cualquier pregunta – puede preguntar lo que quiera Kakashi sama –su voz denotaba seguridad, llamando la atención de Kakashi, como si le dijera "confié en mi".
-gracias- y ella sonrió ante su sincero agradecimiento.
-tú y él... como se conocieron?
-fue en la academia. Sabe Kakashi sama – él la vio –los niños se burlaban de mi por mi forma de hablar, porque era demasiado formal – Kakashi lo sabía, pero que ella se lo contara sobria, significaba más para él – entonces...él apareció, Obito Uchiha. –Kakashi la escuchaba atentamente – para defenderme de unos niños que intentaban intimidarme – sus ojos brillaban ante el recuerdo- él salto desde el 1er piso para interponerse entre ellos y yo.
-en serio hizo eso? - pregunto algo curioso y hasta sorprendido.
-hu, lo hizo- le sonrió amablemente- en ese momento cuando era niña – el recuerdo de la espalda de Obito haciéndose presente mientras el polvo de su aterrizaje se disipaba llego a su mente – se veía genial! – se emocionó un poco.
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Kakashi se asombró por la manera en que hablaba de él, por una parte, porque sabía que de niños todos molestaban a Obito por ser un fracaso, y por otra, porque ella era sincera con sus palabras. Eso solo hacía que deseara escuchar más, más de ella, y más de Obito. Sentía que podía confiar en Shizune.
-por favor –llamo la atención de ella –cuéntamelo, cuéntame todo de Obito – le sonrió de esa manera que siempre le sonreía con sus ojos. Shizune no sabía por qué, pero esa expresión la hizo feliz.
-menos mal...- estaba aliviada - ...que no se siente triste...
-hu! –asintió ante su pedido y siguió con su recuerdo- él, Obito, me ayudo cuando me sentía sola ...
