"Lo que importa es el camino que recorrimos juntos, los recuerdos que creamos en esa oficina con nuestros seres queridos. No importa cómo termine esto, sino lo felices que fuimos juntos. Siempre estarán en mi memoria, todos y cada uno de los momento...
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—Es inútil...
No podía conciliar el sueño desde que había dejado la casa de Shizune.
—¡No puedo sacarlos de mi mente! —se sentía tan frustrado, pues su asistente, al caer dormida, volvió a apoyar sus pechos en su espalda; y él, estuvo consciente de ellos hasta que la dejó en su cama.
—Eran tan suaves... —cerró los ojos para recordarlos—No es tan plana como pensé —pensó descaradamente—Y sus piernas... creo que es la primera vez que las veo... —siguió con sus pensamientos indecentes —¡Espera! ¡No no no no no! ¡No puedes pensar así de Shizune! ¡Contrólate! ¡Es tu asistente! —recordó que aún le quedaba un poco de conciencia y moral —Ahhh,tengo que dejar de pensar estupideces —cerró los ojos para forzarse dormirse.
Los encantos de Shizune, habían calentado un poco al Hokage.
[...]
Comenzaba a anochecer y Shizune volvía de realizar unas compras.
—Ahhh —Suspiró deprimida. Así había estado todo el fin de la semana, deprimiéndose por lo sucedido.
—Mañana tendré que verlo... —se dijo penumbrosa, ¡no tenía cara para ver al Hokage! —¡No quiero ir a trabajar! —lloriqueó internamente.
Pensaba en la posibilidad de faltar, pero era demasiado responsable como para hacer tal cosa. Y eso, solamente la angustiaba y frustraba aún más—¡Si tan solo fuera un poco despreocupada como Kakashi sama! ¡Que incluso se pone a leer ICHA ICHA en la vía publica! —reconoció la seguridad del Hokage. Aunque tal vez, no era algo de admirar.
—¿Shizune nee?
Escuchó una voz familiar, interrumpiéndola de sus pensamientos.
Se volteó a ver de quien se trataba, y era —¿Naruto?
—¡Sabía que eras tú! Jejeje —sonrió alegre el menor por acertar —¿Qué te dije, Sakura? ¡Era ella, después de todo!
—Naruto, Sakura —les sonrió a modo de saludo mientras se acercaba a ellos—¿Qué hacen los dos?
—Naruto organizó una salida para ir a Ichiraku —explicó Sakura.
—¡Acompáñanos, Shizune! ¡Hoy tiene el día libre! Jejeje —la invitó el joven con su característico humor.
—Lo siento, pero no traje suficiente dinero. Lo gasté todo en estas compras —respondió apenada —. Tal vez en otra ocasión —les sonrió.
