Capítulo 13: La Hostilidad de Tonton

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La operación fue larga y difícil, cuatro horas seguidas sin descanso en la habitación de Shizune. La genin saturaba y atendía cada órgano y Tsunade la guiaba desde la puerta.

—Esto es terrible, sus órganos vitales están...no sé si podré lograrlo... —la duda la invadía. 

Volteó su mirada a su maestra la cual estaba sentada esperando alguna consulta, con su mirada cansada y su rostro pálido; pero manteniéndose firme para elle —¡No! ¡Tengo que lograrlo! —no podía fallarle.


[...]

La niña miraba la espalda de su maestra mientras ella examinaba con su chakra el trabajo de su alumna. Al terminar, la mayor se dirigió a ella y tomó su hombro.

—Bien hecho, Shizune —sonrió amablemente Tsunade.

Las emociones vencieron a la pequeña Shizune y las lágrimas comenzaron a emerger por sí solas mientras trataba de ocultarlas con sus pequeños brazos.

—¿Por qué lloras? Hiciste un buen trabajo —seguía sonriendo Tsunade, estaba orgullosa de su alumna.

—No lo sé... —no podía parar las lágrimas.

—Jajaja —Tsunade se rió un poco y la acercó para abrazarla.

Shizune, a veces olvido que eres una niña.

La consoló acariciando su cabeza.

Y en ocasiones ,soy muy dura contigo, pero...

Shizune sucumbió ante el cansancio y cayó dormida en sus brazos

...en este mundo tan cruel, donde pertenecer a una aldea significa ser el enemigo de otra, donde ser shinobi significa que morirás algún día en batalla; nos tocó vivir en una época en que la sangre se derrama a la menor provocación.

La cargó con cariño y la llevó a su cuarto.

Te saqué de Konoha para que no vivieras eso, sin embargo, esto no es tan diferente.

La recostó en su cama y la tapó con las sabanas.

Después de todo, eres la alumna de un Sanin.

Tengo muchos enemigos y estoy segura que algún día vendrán por ti para llegar a mí, lo siento...

Acarició la mejilla de la dormida niña.

Pero te puedo prometer que siempre te protegeré.

No dejaré que nadie te lastime.

Ahora, tú eres mi única familia.


[...]

—Mmm —se quejó Tsunade al sentir cómo los rayos del sol golpeaban su cara —¿Ya es de mañana? —se preguntó cansada, vio a su lado y no estaba Shizune. Era de esperar, era bastante madrugadora la niña, claro que, si es que quería pasar las lecciones de su maestra, debía estudiar desde muy temprano.

—Creo que debería comenzar a enseñarle taijutsu, hasta ahora solo nos hemos enfocado en ninjutsu médico —pensó mientras fijaba su mirada al techo —. El nivel de la academia es muy bajo y me la lleve antes de que fuera asignada a un sensei —comenzaba analizar la situación.

—Grrr —comenzó a sonar su estómago.

—Pero por el momento eso será para otro día, tengo hambre y se levantó para desayunar algo, pero para su sorpresa se encontró a una Shizune escondiéndose detrás de la puerta de su habitación.

—¿Qué haces? —la sorprendió por detrás.

—¡Tsunade sama! ¡Buenos días! Yo, verá... —e indicó con su mirada para que ella se acercara a ver, la cerdita había hecho del cuarto de la niña su territorio y no dejaba entrar a Shizune —. No ha dejado de refunfuñarme y verme con odio —dijo la menor lloriqueando.

—Oh, ya veo. Como sea, ¿ya está el desayuno? —preguntó restándole importancia al problema.

—¡Pero, Tsunade samaaa! ¡Necesito cambiarmeee! —se quejó entre lágrimas aferrándose a la ropa de la mayor.

—Arg —se quejó —Lo que tengo que hacer por un buen desayuno.

—Bien, bien. Ya la sacoentró al cuarto y vio a la cerdita con enojo —¡Ningún cerdo vendrá a poner su voluntad bajo mi techo! —pisó con firmeza el piso de la habitación.

—¡Tsunade sama! ~ —los ojos de Shizune brillaban de la admiración ante tal acto.

Pero para la sorpresa de ambas, la cerdita al verla, se alegró. Corrió hasta donde estaba Tsunade y frotó, con sumo cariño, su cabeza en la pierna de la Sanin.

Tsunade miró a Shizune en la lejanía —¿Estas seguras que no te dejaba entrar? —preguntó escéptica.

—¡No me dejaba siquiera acercarme a la puerta! —no podía creer que dudara de su palabra.

—Ven, acércate —ordenó llamándola con su mano.

Shizune hizo caso, y con cautela, se le acercó. Ni bien la detectó la cerdita, sus ojos con forma de corazón cambiaron a unos feroces, eso puso nerviosa a la niña.

—Cuánta hostilidad —miraba la mayor mientras tenia a la cerdita abrazando su pierna —. Acaso será...—puso su mano en su barbilla, comenzaba a descifrar la situación —creo que me ve como su salvadora —comentó sin más.

—¡¿Qué?! —Shizune miró a la cerdita con decepción —Pero si yo te operé...

—Mmm, probablemente detesta a los niños. Hoy en día los niños son muy crueles con los animales —dijo mientras tomaba a la cerdita en sus brazos —. Bien, ve a cambiarte. Me la llevo a la cocina.

—¡Sí!

Shizune pasó cerca de su maestra, se sentía la tensión de la mirada del animal siguiéndola.

—Vaya, que mirada tan penetrante.

—¡Oink! —al parecer solo podía ser simpática con Tsunade.

KakaShizu: Un Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora