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Comenzaba a entrar en pánico, había dejado perfectamente claro que no quería viajes. ¡Y me trajo a uno! No me gustaba que el gastara toda esa plata en mi, cuando podía gastarla en él o en su familia. Me hacía sentir culpable en cierto punto.

-Tienes un minuto a partir de ya para explicarme qué hacemos aquí si no quieres que vaya a comprar boletos para irme a Los Ángeles otra vez. - lo señalé.

Rió. -Todo estaba planeado, es tu regalo de cumpleaños.

-¿Como...

-¿Como hice para traerte aquí? Simple. Te puse los audífonos para que no escuches los ruidos de aeropuerto de L.A. y te senté en el avión. Esperaba que me descubras cuando estábamos en él pero tuve mucha suerte y te quedaste dormida hasta que llegamos aquí. - volvió a reír.

-Eres un...

-¿El mejor amigo que podrías tener? Claro que si.

-¡No! ¡Un idiota!

-Ya, ya, tranquila. - intentó abrazarme pero me aleje.

-Ni siquiera he traído una maleta, ¡¿Como se supone que me vestiré?!

-Claro que has traído una maleta, la he hecho por ti. - guiñó un ojo. -Ahora vámonos al hotel que son las tres de la mañana.

-Bien.

-Oh, y feliz cumpleaños. - besó mi mejilla.

Nos subimos a un taxi y Cameron dio una dirección, suponía que la de un hotel. Dejando de lado el enojo por haberme traído engañada, estaba feliz de estar en NYC porque nunca había ido y siempre lo había soñado.

Llegamos a un hotel que hizo que mis pelos se pusieran de punta, era muy lujoso y con una ubicación excelente. Me preguntaba como era que Cameron con nuestra paga de bailares podía pagar todo esto. Claro que lo regañe por reservar un hotel así y no uno que no fuera tan lujoso. Apostaba que me encontraría algún famoso por ahí.

-Hola, tengo una reserva a nombre de Cameron Edwards.

-Llegan a tiempo. - sonrío coqueta la recepcionista. -¿Habitación para... dos? - habló algo decepcionada. Seguro creía que Cam y yo éramos pareja.

-Así es.

-¿Dormiremos juntos? - le pregunté.

-Sip.

-El universo está en contra mío. - murmuré lo suficiente alto como para que el me escuchara.

-¡Hey! Te escuché.

-Lo siento pero eres la peor persona para dormir, a la primera que me pateas no dudare en patearte hasta tirarte de la cama.

-Violenta. - canturreó.

-Aqui tienen la llave. - nos extendió mientras miraba intensamente a mi amigo.

-Gracias. - sonreí mientras caminábamos hacia el elevador. -Creo que le gustaste.

-¿Que? ¿A quien? - preguntó confundido.

-A mi tia Jessica. - rodé los ojos. -¡A la recepcionista!

-Oh... era bonita.

-Puedes invitarla a salir.

-No lo creo, es un viaje de mejores amigos. No te dejare sola.

-Por mi mejor. - reí mientras salíamos del elevador.

-Eres el mismísimo diablo. - Reímos.

Dejamos nuestras cosas en la habitación y nos tiramos en la cama, quedando profundamente dormidos al instante. Incluso nos dormimos con la ropa puesta.

Noah. |Niall Horan & tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora